LA CONJURA DE PUCELA

Luis Alberto Vaquero | Periodista
21 de Enero de 2010

Sin miedo y sin complejos… con orgullo y confianza… sin dudas y sin reservas… con valor, con entereza… entregaos a la causa sin temor a una nefasta consecuencia… con inquebrantable fe, con arrojo y con descaro… dejaos el alma en el campo de batalla… Caballeros de la Orden de Pucela… es el momento de blandir la espada, de erguir la cabeza y alzar la mirada… no desfallezcáis en el intento, sed constantes y no eludáis el cuerpo a cuerpo.  Entonad el himno y unidos en la lid luchad hasta el final… hacedlo desde el primer momento y hasta el último aliento, sintiendo a cada golpe como el corazón se os sale del pecho… porque solo aquel que persevera conoce la victoria, el que no se rinde saborea la dulce miel del triunfo… sabed que ni el más poderoso ejército de todos los tiempos fue invencible… dejad ahora a un lado vuestras diferencias, y conjurados afrontad ésta y las sucesivas batallas que habrán de librarse sobre esta tierra para no descender al averno tenebroso… Caballeros de la Orden de Pucela… apuntad con vuestra espada al cielo y gritad… ORGULLO!!! VALOR!!! FUERZA!!!