INCALIFICABLE

Charlie Carballo | Aficionado fiel
31 de Marzo de 2012

Son ciertamente numerosos los calificativos que he oído para describir la lamentable actuación el pasado miércoles de los hombres de Juan Carlos Pastor en el partido que nos enfrentaba ante el eterno rival de la capital leonesa, además con el aliciente de jugarse muchas de las opciones de acabar en tercera posición en la liga, lo cual daría derecho a disputar la 'Champions' el año que viene. Calificativos como humillados, arrollados, caricaturizados o incluso ridiculizados son solo algunas de las expresiones que simplifican el comportamiento de los jugadores del Cuatro Rayas Valladolid durante ese encuentro.

Se puede intentar atenuar dicho comportamiento diciendo que quizás nuestros jugadores estaban pensando aún en la injusta derrota sufrida ante el Barcelona Intersport en los instantes finales, justo al contrario que el Reale Ademar león, que en los últimos segundos consiguió una histórica clasificación para cuartos de final de la liga de campeones eliminando a todo un Veszprem, campeón de la liga húngara. Pero ni tan siquiera esa circunstancia sirve de excusa para el que yo calificaría como el peor partido que recuerdo por parte de nuestro club.

No creo necesario recordar a los jugadores que en este tipo de derbys, no solamente cuentan las especificiones técnicas y las cuestiones tácticas que indica el entrenador, y se necesita de un plus extra puesto por su parte, cosa que parece que comprendieron a la perfección los jugadores leoneses, y que se viene repitiendo durante muchísimos años (con mínimas excepciones) en los enfrentamientos disputados en la capital leonesa.

En la cancha, el equipo que parecía que había disputado un encuentro de gran desgaste físico hacía pocos días en tierras húngaras fuese el Cuatro Rayas Valladolid, y es que el club ademarista ganó a los vallisoletanos desde el principio del partido en garra, en ganas, en actitud, en definitiva, en todo lo que se tiene que sacar en este tipo de enfrentamientos. 

Como he dicho anteriormente, no encuentro palabras para explicar este accidente deportivo, pero lo que me ocurrió tras el pitido final fue experimentar una especie de dolor físico, como un nudo en la boca del estómago que aún perdura mientras estoy escribiendo estas líneas, y me imagino el disgusto que se llevarían el centenar de seguidores vallisoletanos que se desplazaron hasta allí para ver semejante espectáculo. 

Sin embargo, aunque es difícil, en las jornadas de liga que restan habrá que seguir peleando por alcanzar la tercera plaza, que es lo que muchos aficionados realmente queremos y deseamos. 

Por mi parte, la única condición que pido a los jugadores es que de aquí al final de la temporada lo den todo (y un poco más), porque después de las mofas de los aficionados leoneses en foros de balonmano “que me he tenido que tragar” sin poder dar ni un solo argumento para defenderme, me gustaría tener la oportunidad de decirlos finalmente eso de que “quién ríe el último ríe mejor”.

El verdadero amor al club siempre está muy por encima de buenas o malas actuaciones, no lo dudéis.

¡Se puede!