FISAC SE MARCHA

Iñigo Torres | Periodista Radio Nacional
9 de Marzo de 2011

No es una noticia, ni siquiera una filtración o un rumor, sólo es una sensación que uno tiene después de ver, oir y leer el caso Barnes en las últimas 48 horas. La salida -marcha o despido- del pívot americano puede ser la gota que ha terminado con las ilusiones del técnico vallisoletano.


El Porfi Fisac que escuché este miércoles era un entrenador harto, cansado y decepcionado. El hombre que llevó a este equipo a la Copa del Rey trece años después vio como le despertaban del sueño de disputar los play offs -los primeros en toda su carrera profesional-, con una bofetada. Tan claro y directo como lo es siempre, el técnico reiteró varias veces que "todo era una mierda" y que el trabajo anterior ya no valía para nada.


Y no sé todavía de quién es la culpa de la hipotética marcha de Porfi Fisac. No sé todavía quien miente pero sí tengo claro que nadie dice la verdad en la polémica de las últimas horas. El director deportivo y el presidente del club han intentado convencer a la opinión pública de que se trata de un "despido por actos graves de indisciplina". Hablan de tres actos "muy graves" pero no dicen cuáles, y luego sale Fisac afirmando que él sólo pasó un informe por un entrenamiento en el que expulsó al jugador, "como hice en su día con otros cuatro jugadores".


Faltan las otras dos razones que han llevado a la expulsión de Barnes y por mucho que se lo preguntamos nadie nos dijo las causas. Y estarán conmigo que, si no pasó nada más dentro del vestuario, no es lo mismo dar un portazo que pegar al presidente, protestar que insultar o reclamar que denunciar.


Esa duda que el propio club no aclara es el caldo de cultivo para que la agencia que representa al jugador haga fuerte su argumento. No es un despido, es una salida de un jugador "harto de contínuos incumplimientos de contrato". No se le ha pagado lo que reclama del pasado año, y que cuenta con el respaldo de la FIBA, y no se le ha pagado -como al resto de jugadores de la actual plantilla-, varias mensualidades.


Sin embargo, los agentes del jugador no quieren dar la cara. Hablan de reuniones sin acuerdo, de promesas incumplidas pero no reconocen que tienen esos tres expedientes disciplinarios encima de su mesa.


La agencia envía una comunicado el martes por la mañana, el club envía un burofax el lunes por la tarde, pero ninguno de los dos muestra la prueba de lo que dicen. El presidente dice que ha hecho todo lo posible, el agente de Barnes asegura que la situación era insostenible y, en medio, el entrenador reconoce que el comportamiento de Barnes era ejemplar en la pista.


Son versiones tan diferentes que reitero mi idea de que alguien miente. Y tal vez la pista la daba el propio Fisac cuando decía estar "jodido", como lo estaba el club y el jugador, que no su agente americano "que seguro que no sabe ni lo importa lo que pasa en Valladolid". Puede que ese sea el verdadero culpable de todo lo que ha pasado, pero lo que no me puedo quitar de la cabeza es que hoy pudo ser el primer día del adiós de un Porfi Fisac al que entre todos, una vez más, le han despertado de su sueño.