EN LUNES POR LA NOCHE, NADA BUENO
Reconozco que hoy no tenía muchas ganas de subir al estadio. De hecho he salido tarde de casa y he llegado tarde, porque no me apetecía nada, pero nada, ir un lunes por la noche a ver un partido de fútbol. Decían por la radio que hacía trece años que el Valladolid no jugaba un día como hoy pues más que trece años después, no se debería haber jugado nunca. A los resultados me remito, el campo estaba casi vacío. Poco más de ocho mil según creo, y ya somos muchos.
Jugar en lunes por la noche pocas cosas buenas puede traer, y lo que nos ha traído ha sido un partido de segunda en el que, en mi opinión, sólo se han salvado dos cosas: el golazo de Jorge Alonso y el bocadillo del descanso; o dicho por orden cronológico, el bocadillo y luego el gol. Todo lo demás ha sobrado, incluso los árbitros que claro están, de segunda.
Después de dos jornadas fuera esperábamos al equipo con ansiedad y con ilusión. Quien más y quien menos esperaba mucho más del partido de hoy. Esperábamos ver un Valladolid dominador, fuerte en casa que es donde tenemos que estar sólidos para plantearnos el ascenso. Si no somos capaces de resolver en Zorrilla poco tenemos que hacer, y el resultado lo dice todo. Ni dominadores, ni resultado, ni jugadores destacados.
La semana que viene, que ya es ésta, vamos a Ponferrada, que debería ser un desplazamiento muy atractivo para los aficionados. Poco más de doscientos kilómetros, cerquita, buena gastronomía pero de nuevo el horario: a las siete de la tarde, que en lo que termina el partido son las nueve, en lo que sales, te tomas algo, coges el coche antes de las diez nada. Y el camino de vuelta son algo más de dos horas, con lo que más de las doce y el lunes a trabajar. También diréis, pues por cuarenta y cinco euros vas con los autocares que pone el club y no coges el coche. Vale, pero me da igual, seguimos llegando muy tarde.
Lo único que nos queda a los aficionados es el derecho al pataleo, y es que se han olvidado de nosotros, de los aficionados, de los que hemos pagado ya nuestro abono, nos hemos gastado un dinero y a lo mejor no puedes ir el lunes al fútbol porque quizás madrugas el martes, por ejemplo. O no puedes desplazarte a ver a tu equipo a otras ciudades, aunque sean cercanas, porque ponen malos horarios. Y también se han olvidado de los clubes pobres como el nuestro, que vaya taquilla habrá hecho (yo no he visto ni oído a nadie del Albacete) y por supuesto también se han olvidado de los periodistas, de los camilleros de la Cruz Roja, de los porteros, de los vigilantes de seguridad que tener que ir lunes por la noche... Ahora bien, como la televisión es quien manda, pues el próximo partido a lo mejor hay que quedarse en casita y escucharlo por la radio si es que lo dan pero ¿acaso le importará a alguien? Yo creo que no ¿y tú?