EL PODER VALENCIANO (2ª parte)

Ximo Tamarit Aleixandre | Milongas de Primera
9 de Noviembre de 2010

Cuento número 15 (2T). Hay en Valencia dos grandes equipos y ninguno tiene ‘pasta’. Si el Levante está ‘pelao’, los del Mestalla, más o menos igual. Pero dicen sus respectivas directivas que la cosa tiende a mejorar. Uno, el Levante, ha salido del concurso de acreedores mientras el otro, el Valencia, rebajaba su deuda en la pasada temporada.
Me quedo con esta última entidad. Se redujo la deuda porque el club ganaba dinero con las ventas de jugadores. Villa, Silva y Marchena han traído un relativo beneficio económico y, al mismo tiempo, una nueva realidad deportiva.


Y ahí el problema. Nueva realidad deportiva pero misma mentalidad anterior ‘agravada’ por un liderato en Liga durante las primeras jornadas y la goleada en el debut europeo contra el Busaspor. ¡Qué triste decir ‘agravada’!


Se ha pensado que sin Villa y Silva la vida continuaba igual. Quizá no los jugadores y el entrenador pero sí ese entorno mediático que tanto daño hace a los equipos. La afición, con cuatro victorias, llegó a ilusionarse con nuevos días de vino y rosas. Unai Emery ya era la reencarnación de Rafa Benítez. Soldado y Adúriz hacían malo a Villa. ¡Quién coño era ya ese tal Silva! Un equipo de sietes, ochos y cartas que no ligaban en otros lugares podían llegar a conseguir títulos…


Los golpes de realidad han sido duros. La derrota contra el Manchester United iniciaba una racha negativa que el Valencia no consigue enderezar. En liga se pierde en Barcelona, no se puede ganar al Zaragoza, derrotas contra Sevilla y Mallorca. La guerra ya parece otra. Ser el segundo equipo de la Comunidad, seguro; entrar como cuartos en la Liga de Campeones, quizá; llegar a las rondas finales en la Copa, probablemente. A mi parecer poco más.


Hay otra guerra, la interna, la de los clanes. Los españoles, los argentinos y los bichos raros como Mathieu, Feghouli o Topal que no hablan ni ‘papa’ de español. A ver por dónde revienta. Por ahora, el último en llegar borracho al entrenamiento ha sido Éver Banega. Un clásico.


Milonga: f. coloq. Engaño, cuento.