FOTO Pablo Sanz
FOTO Pablo Sanz

EL CHAMI SE REENCUENTRA

David García | Balón oval
29 de Noviembre de 2011

Estimados amigos, quiero decirles a todos ustedes que cada día adoro más y más el rugby, como deporte. Desde que indica el árbitro el saque de centro hasta el pitido final. Es un deporte magnifico de características múltiples, de sensaciones extremas y capaz de sacar sentimientos incontrolables. Durante los 80 minutos de juego disfruto de interminables carreras, de fintas increíbles, golpes capaces de derribar muros, vuelo de balones de más de 50 metros, disfruto con la fuerza, la garra, la destreza e incluso de los errores de los jugadores, y a veces me gustaría dejar el micro y sentarme en la grada para sentir más profundamente todas estas sensaciones.

El rugby tiene estos momentos, y en Pepe Rojo vivimos un buen partido, sobre todo en la segunda mitad. No pasará a formar parte de los grandes partidos del Salvador y por supuesto tampoco del Cajasol Ciencias, pero para jugadores y aficionados si que significará bastante. Para los jugadores por dos razones, por ganar y por la satisfacción del esfuerzo y créanme que son dos cosas diferentes. Todos los equipos han ganado alguna vez sin merecerlo o sin apenas ganárselo, pero cuando lo haces dejando todo en el campo, la victoria es doble.

El domingo, si no hubiera sido por la nefasta primera parte del equipo científico, la cosa hubiera estado mas igualada aún. Pese a eso, la delantera chamiza estuvo muy bien. Marcial Castro y Dani Marrón se mostraron intratables aguantado los empujones de Rocha, García o Del Castillo, lo mismo tengo que decir de Núñez, Víctor Sánchez o Fernando Altés saliendo al quite contra las arremetidas de De Juan, Mazo y Leandro. El Cajasol bajó dormido del autocar y hasta la segunda parte no fue capaz de desplegar el juego que es capaz de desarrollar, movimientos rápidos a la mano y certeza en las jugadas de delantera, y cuando tiras 40 minutos por el retrete, luego es imposible retomar el partido, ya le has dado toda la ventaja a tu oponente. Sería el desplazamiento, sería el frío o quizás fuera la niebla, pero el equipo sevillano no supo disipar la niebla.

Lo mejor del partido: Pablo Feijoo, Marcial Castro y el apoyo de los escasos 200 aficionados que subieron al campo.

Lo peor: el arbitraje, comenzó bien el partido y  fue perdiéndose, permítanme otra vez decirlo, en la niebla poco a poco, la escasa afluencia de público y el insano pique que hay entre los dos equipos.