DR. JEKYLL Y MR. HYDE
Otra jornada más que no jugamos domingo a las cinco de la tarde, y ya van Además, hoy a las once de la mañana se corría la I carrera solidaria a favor de la lucha contra el cáncer infantil. Me hacía mucha ilusión correrla, pero comenzaba a las once, y encima que la forma de uno no es la más idónea, pues escuchaba en un programa de radio que si querías te daba tiempo a todo, que el que no la corriera en veinte minutos es que estaba muy mal pues yo soy de estos de todos modos, veinte minutos corriendo, recuperas un poco, te vas a casa a duchar (porque qué culpa tienen los que se sientan a mi lado en el estado, y no voy a ir todo sudado) y ya tarde al fútbol. Al final, me inscribo con dorsal cero y me quedo con las ganas de correrla.
Antes de subir al estadio miro por la ventana y veo qué malo hace, qué desapacible, qué pocas ganas de salir de casa, con lo bien que se está calentito con la calefacción y después del partido contra el Rayo pero bueno, allá vamos. Salgo un poco justo de tiempo de casa y me sorprende el atasco que hay en la subida al estadio. Lo estoy viendo, llego tarde por los pelos entro con el pitido inicial, y menos mal porque muchos casi no nos hemos sentado, y Nauzet por toda la escuadra. Miró, vio el hueco y ¡así se empieza un partido!
Poco a poco vemos que lo único bueno del Valladolid ha sido el gol, qué desastre tiene que llegar el empate, y claro, llega lo peor es cómo llega el gol del Celta que Jacobo no anda muy fino ¡Con las que nos has salvado este año! Se ha visto que no estaba fino porque el segundo, todavía peor. Al principio hemos silbado al árbitro, que desde mi punto de vista ha estado bastante mal, pero tampoco tenía la culpa y es que el equipo daba pena, vaya ridículo los únicos que se divierten son los del Celta que están en Tribuna B. Vamos al descanso que es lo mejor que nos puede pasar. Y si lo unes a que de vez en cuando se pone a descargar agua
En el descanso un `runrún´ recorre la grada, y es que Antonio Gómez no gusta a nadie. Los comentarios son que así no come el turrón, o ya veremos si incluso la semana que viene va a Jerez. Con lo bien que empezamos al principio. Nada cambia, y los pitos para el equipo a ver si se espabila se hacen más fuertes. Cambio de jugadores, se va Panenka y entra un medio (perdiendo lo mejor ) ¡y va y acierta! Nos tenemos que comer nuestras palabras porque parecemos otros. Somos como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
El Celta es ahora quien no puede pasar del medio del campo. Me parece ver a Iniesta, digo Rueda, que deja solo a Guerra (por favor, que no se vaya en Navidad) y empata el partido. Las banderas y las bufandas se agitan como nunca. ¡Vamos Pucela!
Qué diferencia, le echan ganas, gritamos ¡Pucela, Pucela! que se oye más que el ¡Celta, Celta! que se oía antes. Quizá no ganemos, pero por lo menos se ve otra cosa. Se ve reacción, se ve que nos animan a la grada y nosotros con ellos partido loco, nosotros desbocados, echan a uno del Celta, se enzarza Pedro López con otro, los dos a la calle, pero qué malo es el árbitro (creo que ya lo había dicho). El partido parado más de cinco minutos y sólo descuenta cuatro en el descuento muchos ya se van (nunca entenderé cómo se van a falta de dos minutos, con el partido sin decidir para evitar un atasco que no va a haber porque no éramos ni nueve mil ) y Guerra de nuevo, que pasa a Alonso y ¡sí, sí, sí el Pucela remonta así! Respiramos hondo, el corazón en un puño y a casa rápido a ver a otro Alonso, que qué pena. Pero esa ha sido otra historia