David de la Fuente
David de la Fuente

DONDE LAS DAN...

David de la Fuente | Diario de un aficionado
13 de Mayo de 2012

Llevábamos varios partidos con finales no aptos para cardiacos, y este no ha sido menos. Todo el partido aguantando para que llegara el minuto final, o más bien el de después del minuto final y se vaya todo el trabajo realizado por la borda; pero el culpable ¿fue el árbitro, fue el equipo, los recogepelotas, Manucho, Djukic, la afición, etc.? Como se suele decir “entre todos la matamos y ella sola se murió.

Ya empezamos mal antes de comenzar el partido. Nos llevaban avisando toda la semana que fuéramos con tiempo suficiente para entrar, que se esperaba una buena entrada y luego hay problemas para aparcar, se forman largas colas, nos impacientamos y entramos ya cabreados. Bueno, pues a pesar de que nos avisaron hicimos muchos lo mismo de siempre, llegar con el tiempo justo; de todos modos más de cuarto de hora para entrar no es de recibo.

Normalmente llego con el tiempo justo de pasar el carné de abonado, sentarme en mi sitio y dar el pitido inicial el árbitro. Me he acostumbrado porque entro yo solo, sin problemas, y si voy diez minutos antes hay colas… en fin. Sin embargo este domingo fui casi quince minutos antes y entré con el partido ya empezado. La próxima vez iré antes, o al menos lo intentaré; y es que es muy fácil trasladar nuestros problemas a los demás. Si hay gente, pues tardaremos en entrar. Que deberían haber abierto más puertas, pues sí, pero si hubiera llegado a las once y media no creo que me hubiera pasado esto.

Lo dicho, llego con el partido empezado y hay ambiente de gala. Lo primero que pienso es “esperemos que estos chicos no se pongan nerviosos que no están acostumbrados”. Se vibra desde el comienzo, minutos de tanteo y se corean los “Pucela,  Pucela” de rigor. Éxtasis total con el gol y todos coreamos el ya famoso “goooool de Javi…Gueeeerra”. Seguimos dominando y seguimos animando; pero poco a poco el equipo va para atrás y comienza el run-rún típico de Zorrilla con el “así no”, “es que Rubio sólo pasa para atrás”, “Jofre no se va de nadie”, “¡qué lento es Rueda!”, “Guerra no es ni parecido al del año pasado, mírale si no corre”. Y claro, uno se calienta ¿para esto es para lo que hacemos promociones? Para oír estos comentarios y no animar sin parar no necesito a nadie.

No seré yo quien se queje de ciertas promociones (siempre que el beneficiado sea el abonado, y de esta manera que se hace yo así lo entiendo). Creo que está bien, y si por ejemplo para un partido o varios puede venir mi familia o amigos más barato porque “yo se lo subvenciono” pues bien, ya que si no encuentran a nadie que lo haga no tendrían los precios baratos.

Y el partido siguió siendo un poco tostón, sólo lo mantenía vivo la emoción de volver a conseguir los tres puntos y lo ajustado del uno cero. No consigo entender cómo hay gente que por ahorrarse cinco minutos de atasco se va antes del final en un partido así. Claro, que si llegamos a saber esto los demás… también nos hubiéramos ido. Y como digo, siguió el partido, quizá de los peores de la temporada, pero es que por otra parte, que no se nos olvide jugábamos contra el cuarto, que se está jugando entrar en “play-offs”.

Últimos minutos, el Hércules achuchando como puede, más lucha que calidad, el público animando (poco, que si otras veces hemos estado dando el callo, esta vez hemos fallado) y llega un centro de córner, remata Manucho y ¡gol, gol, gol, gol! Del Hércules. Parecía el partido de la semana pasa contra el Dépor, pero donde las dan las toman, y lenguaje vulgar, esta semana nos han dado, pero bien.

Ahora no podemos caer en derrotismos, y como he oído por ahí, es lo que tiene estarse jugando finales todas las semanas, que si pierdes una parece que ya está todo perdido. Yo ya tengo ganas de que llegue el miércoles, y el domingo que viene, y otra vez el miércoles… vamos, que faltan cinco partidos aún y esto no está ni mucho menos perdido. Va a subir el que mejor aguante la presión y esos tenemos que ser nosotros. Ahora a por el Barça B, y el equipo que sepa que sus “ocho mil” seguimos con ellos pase lo que pase. Vamos Pucela que no nos queda nada.