DON LUIS Y DON VICENTE
Cuento número 14 (2T). Luís, Aragonés, era el abuelo cebolleta. El de las historias increíbles: el sexador de pollos japonés, la estanquera de Vallecas, el amigo negro de Reyes. Tenía su peculiar manera de estimular a los futbolistas. Los días previos a la final de Viena llamaba Wallace al alemán Ballack. Nadie sabe por qué. Quizá, simplemente, porque sí. La mañana de ese partido le dijo a Fernando Torres: He soñado que Usted (siempre de Usted a todo el mundo) va a marcar dos goles. Y El Niño se lo debió creer. Polémico y muy bocazas. Luís, don Luís, ¡qué coño!, el hombre capaz de hacernos Campeones de Europa.
Vicente, don Vicente, es de otra pasta. Lleva otro rollo en la vida. Hoy me comentaba Pedro Cortés, delegado de la Selección Española de fútbol: Todos queremos ir al cine, el prefiere el circo. La mayoría, iniciamos el camino hacia la sala, para ver la película. Él dice que viene pero si mañana hacemos su plan. Al final, no se cómo, aparecemos en otra sala. ¡Coño! ¡Viendo una función circense!. Es una metáfora pero así funciona el hombre tranquilo. Da un poco, cede primero, convence y, al final, magia potagia consigue más de lo inicialmente esperado, más de aquello que busca. Es El Soso de Salamanca. Del Bosque, el entrenador al que nunca, repito, NUNCA, he visto gritar. El hombre capaz de hacernos Campeones del Mundo.
Y con ese talento enseñó, hace unos días, que te puedes ganar al enemigo dándole la mano. Don Vicente tras recoger el premio Príncipe Felipe decidió que eso no era sólo suyo, ni sólo de los jugadores. Quien comenzara desde 2004 el camino se llama Luís. Un tío malcarado, chillón, celoso y que se había metido con su trabajo. No pasaba nada. Le tendió la mano y, así, juntos, ofrecieron la imagen de dos grandes talentos puestos al servicio de nuestro fútbol.
Luís, don Luís, el Campeón de Europa y Vicente, don Vicente, el Campeón del Mundo. Y ahora, porque me sale desde dentro grito: ¡Soy español! ¿A qué quieres que te gane?
Milonga: f. coloq. Engaño, cuento.