DESDE MI BANQUILLO (Parte II)

Gustavo Aranzana | Entrenador de baloncesto
17 de Noviembre de 2012

Los clubes se enfrentan a un futuro difícil. Cuadrar sus presupuestos es complicado, unos en concursal, muchos con economías de supervivencia, déficit, impagos, reajustes estructurales etc…Instituciones, Constructoras y Entidades Bancarias han alimentado a la mayoría de los clubes de la ACB. Actualmente éste triángulo se encuentra exprimido y tendrán que buscar otras fórmulas o nuevas empresas de otros ramos industriales & tecnológicos que puedan aportar diferentes posibilidades e ideas 'ergo' nuevos ingresos.  

En los momentos de bonanza quizá no se supo prever esta coyuntura actual, haber invertido en  desarrollo de proyectos novedosos y la generación de más recursos propios tanto deportivos como económicos que ahora facilitarían el camino, optimizando ahora recursos más estables y afrontando menores costos.

La ACB, que no es ajena a estas enormes dificultades, se enfrenta a una coyuntura complicada. Enfado de los clubes por los escasos ingresos de publicidad y contrato televisivo, dudas por el modelo de competición, reajuste en la matriz de gastos y personal, guerra abierta con la Euroliga, salpicada con alguna polémica interna arbitral, así como ahora una posible huelga de la ABP por los protocolos firmados e incumplidos de los cupos. La ACB debe de modernizar y evolucionar el modelo y potenciar la creatividad.

Como podemos comprobar el futuro pinta difícil, aunque no podemos dejarnos llevar por el pesimismo. Reinventarnos y trabajar al máximo cada uno en nuestras competencias. Seamos optimistas, superar estos momentos nos hará ser mejores a todos. Nuestro baloncesto crece en número de licencias cada año. Reconocimiento y respeto mundial por los logros de nuestras Selecciones y siendo referencia a nivel técnico táctico.

Curiosamente los pabellones, salvo excepciones contadas, presentan mucho mejor registro de entradas que en años anteriores. En contra, el nivel de seguimiento televisivo registra mínimos alarmantes. Será cuestión de analizar estas circunstancias y de cómo vendemos el producto. Mientras tanto, el público de nuestro baloncesto es fiel a la diversión y al buen espectáculo en directo. Nosotros los entrenadores, que tenemos mucho que ver en este aspecto coyuntural, propongamos un basket atractivo, espectacular y fresco que no aburra y que cada vez atraiga a más gente. Quizá así, podamos contribuir a que poderosas y nuevas franquicias se unan y  apuesten por nuestro maravilloso juego.

De momento seamos inteligentes y después de la autocrítica y el análisis tengamos diálogo y trabajemos todos juntos. Los problemas no se solucionan solos, hay que tomar decisiones y actuar pero sabiendo lo que somos y hacía donde queremos seguir construyendo el futuro de nuestro baloncesto.