DECEPCIÓN Y ORGULLO HERIDO

Charlie Carballo | Aficionado fiel
4 de Diciembre de 2010

El Cuatro Rayas BM Valladolid no está atravesando por un buen momento de resultados. Parece ser que, por unas causas o por otras, la victoria se le está negando al equipo.


Hace semanas que todo comenzó con la incomprensible derrota ante el Lábaro Toledo. Desde entonces, el equipo ha sufrido un serio bajón de juego (creo que debido sobre todo a factores anímicos). La victoria en tierras danesas ante el Aab Handball  pensaba que iba a significar un punto de inflexión para la moral de los jugadores, pero no sucedió como yo esperaba.


En tierras aragonesas, el equipo distó mucho de ser ese grupo de jugadores que estamos acostumbrados a ver, y volvió a caer en liga Asobal. Yo lo vi con una serie de aficionados por televisión, y al término del encuentro, la expresión de nuestras caras lo decía todo: decepción y orgullo herido. 


No quiero dejar de comentar la pena que sentimos al ver las desoladas gradas del pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. Los dirigentes de nuestro deporte deberían buscar rápidamente soluciones para intentar arreglar urgentemente esta falta de afluencia de público, o mucho me temo que el deporte del balonmano lo va a pagar muy caro.


Luego creo que sigue el partido de champions en Valladolid contra el club danés, y es que con el calendario de locos confeccionado por la EHF y por la Asobal (cada uno por separado), hasta a mí me cuesta centrarme. Ese encuentro se empató debido a una gran dosis de ”testiculina” desplegada por los chicos de Pastor en los últimos minutos de un partido que estuvo perdido durante mucho tiempo. En esos momentos, con el público vallisoletano volcado con el equipo, se demostró que la caldera en que se convierte Huerta del Rey en sus mejores momentos (que fue la razón por la que yo me enganché hace años a la familia del BM Valladolid) también se puede conseguir en el pabellón Pisuerga. Entre todos tenemos que conseguir que los equipos extranjeros que vienen a jugar allí salgan amedrentados a esa cancha, y eso solamente lo vamos a conseguir si la animación que existió el otro día durante los últimos minutos se alarga durante todo el partido. 


Es martes 30 de noviembre, y nos visita el todopoderoso Renovalia Ciudad Real. Nuestro entrenador comienza la rueda de prensa del final de partido con la frase: “hemos vuelto”. Y la verdad es que no hay ninguna duda. El juego desplegado por los jugadores del Cuatro Rayas BM Valladolid es magnífico, y tan solo las intervenciones de un afortunado Sterbik, y la lamentable actuación de la pareja arbitral, privan al equipo de una merecida victoria. Sé que arbitrar balonmano es una tarea harto difícil (probablemente sea la disciplina más complicada para administrar justicia debido a la cantidad de decisiones que se dejan a criterio personal), pero creo que es la primera vez en todos los años que llevo asistiendo a partidos de balonmano en que no se pita a favor de un equipo un 7 metros en 60 minutos. ¿Sospechoso no?


Solamente 2 días después, el partido más decisivo de la fase de grupos de la Champions Leage contra el Chehovski Medvedi, a casi 4.000 kilómetros de distancia, donde el resultado decidía en gran medida el primer puesto del grupo, y todo ello sin tiempo para descansar. Que tanto la EHF como los directivos nacionales solo miren por sus propios intereses hace que, por ejemplo, el Cuatro Rayas BM Valladolid haya tenido que jugar 4 partidos en tan solo 9 días (una auténtica barbaridad sobre todo para los jugadores). A pesar de todo, nuestros muchachos dieron todo en Moscú, y aunque evidentemente quieres traerte una victoria, para mí el esfuerzo realizado es más que reconfortante.


La decepción ya ha desaparecido, y únicamente falta conseguir una victoria, y luego otra, y luego otra, y luego otra.


Ánimo chicos! ! !