CRISIS, ¿QUÉ CRISIS?
Charlie Carballo |
Aficionado fiel
5 de Marzo de 2014
El pasado sábado fui invitado por el BM Aula Cultural Viveros Herol a un partido que se ganó y que acerca mucho la permanencia en División de Honor a estas chicas que no pararon de correr durante todo el encuentro. Hasta a mí, viendo el espectáculo, me entraban ganas de levantarme de la silla de ruedas y darme una carrera por la cancha. Bueno, no todas ellas corrían; la portera ya tuvo bastante con hacer paradones con los que a buen seguro aún estarán soñando las jugadoras del BM Porriño.
Durante el transcurso del partido me chivan que el Cuatro Rayas Valladolid también va ganando de cuatro goles (pienso que la tarde puede ser completa pero todavía queda mucho por jugar).
Acaba el duelo en el Miriam Blasco, el Aula ha ganado remontando, y probablemente eso hace que el ambiente que se vive sea excepcional, pero no lo digo por decir, aunque el resultado hubiese sido adverso, yo estaba realmente emocionado con la invitación que me hizo el club, estando pendiente de mí en todo momento.
Llega el final de las guerreras pucelanas, y mientras ingiero un tentempié al lado del pabellón, estoy muy pendiente de las personas que tienen teléfonos móviles con conexión a internet que me van informando de lo que ocurre en Cangas del Morrazo. Cuatro minutos para el final del partido, tres, dos, uno, y victoria del Cuatro Rayas Valladolid que supone un gran respiro para jugadores y aficionados.
La gran jornada se completó el día siguiente con el pase a la final de la Copa del Rey de rugby por parte del VRAC Quesos Entrepinares tras su eliminatoria frente a un Ampo Ordicia en el cual también se produjo una gran remontada por parte del equipo vallisoletano. Es una auténtica lástima no haber podido asistir al encuentro, pero por desgracia es algo a lo que debo de acostumbrarme.
Por suerte para el rugby vallisoletano, nuestra ciudad puede sentirse orgullosa de contar con dos equipos en División de Honor, y cuando no lo hace el VRAC Quesos Entrepinares, es el Hermi El Salvador el encargado de traer títulos a nuestra ciudad.
Como ya he dicho anteriormente, la jornada fue bastante completa para mí. Falló el fútbol, pero últimamente estoy demasiado desencantado con este deporte porque el dinero que mueve tergiversa la realidad de lo que es un simple juego. Soy consciente de lo que significa tener un equipo de este deporte en la Primera División para una ciudad como Valladolid, pero como escribí en un tuit cuando se produjo el fichaje de Bale por casi cien millones de euros por el Real Madrid (al que ahora habría que añadir el precio real de lo que costó Neymar para el F.C.Barcelona), me parece indignante que se pague ese dinero por un jugador de fútbol, para el balonmano que es mi primera afición, para el rugby que es mi segunda afición, y para la discapacidad que es mi condición, y con una ley de dependencia que ahora mismo se encuentra muy en el aire.
No sé bien, mejor dicho, no tengo ni idea de la deuda real que acumula el BM Valladolid, pero siendo sincero, no confío mucho en las medidas que se han visto hacer por la actual directiva. La organización de la Supercopa de España de balonmano no supuso para nada una rentabilidad para las arcas del club. Los días en que los socios tenemos que pagar, evidentemente ya se demostró que no sirvió de mucho el día del club que se hizo el día de la visita del Ademar de León. Por cierto, que no me gustó nada, pero nada de nada, el chantaje emocional que realizó el presidente a los socios diciendo que de esa recaudación dependía el pago de las nóminas de los jugadores.
Independientemente de que eso pudiese ser cierto, yo al menos no lo hubiese sacado a la luz. Pocas iniciativas más conozco, y si supiese de soluciones ya me habría presentado yo a presidente. Desconozco también si la bodega Cuatro Rayas va a prolongar su patrocinio, pero en principio esta temporada era la última. Pase lo que pase con esta bodega, yo siempre los estaré agradecido, pues su entrada en el mundo del balonmano ha coincidido con la crisis galopante en este deporte. Seguiré entrando en todos los bares pidiendo el vino Cuatro Rayas.
No sé si es casualidad, pero los deportes donde creo que se vive el mejor ambiente, incluso entre aficiones contrarias que animan a su equipo durante el partido y tienen claro que la rivalidad dura lo que dura el encuentro, son el balonmano y el rugby.
Hablando con una persona muy cercana al mundo del rugby, se hacía la pregunta de por qué precisamente los deportes como balonmano y rugby que han traído títulos a Valladolid son los equipos que menos ayudas institucionales han recibido.
Tampoco sé qué presupuesto manejan los equipos de rugby, pero no creo que sean demasiado altos, y tengo que recordar que el club de rugby El Salvador tuvo que empezar la temporada sin un patrocinador hasta que consiguió que Hermi apostara por ellos.
Más alucinante fueron las palabras del presidente del BM Aula Cultural Viveros Herol, pues a pesar de que las chicas que juegan en la División de Honor del balonmano femenino hacen grandes esfuerzos, como por ejemplo comer simples bocadillos en sus desplazamientos en autocar (no en avión privado eh), para mantener el equipo en División de Honor el año que viene, haría falta la mísera cantidad de unos 100.000 euros, ¿cúanto he dicho que había costado el jugador de fútbol Bale?
Al Ayuntamiento en estos tiempos de crisis no se le puede exigir gran cosa, pero sí que pediría al alcalde para que mediara con empresarios que conozca gracias a su cargo. También las personas que lean estas líneas puede que logren apoyos para estos clubes modestos, pero sobre todo debido a que considero una cantidad irrisoria para que el Aula Cultural se pueda mantener en la máxima categoría, después de cómo se portaron conmigo durante el pasado fin de semana, me sentiría tremendamente orgulloso si estas palabras sirviesen para apoyar a este club, que realiza también una labor inconmensurable en la formación de la cantera vallisoletana.
¡¡¡Todos a luchar por nuestros deportes!!!