COMO DECÍAMOS AYER
Esta célebre cita de Fray Luis de León (rememoradada años más tarde por Unamuno), fue pronunciada en un momento de su vida en el que, tras veinte años encarcelado por la inquisición, retomó sus clases en la Universidad de Salamanca y le sirvió como introducción y saludo ante sus alumnos en señal de que nada había pasado pese al largo tiempo transcurrido y pese a que los que los alumnos que estaban ante el no eran los mismos que dejó años atrás sino en muchos casos eran hijos de aquellos.
Esta frase viene ni que pintada para la rentrée de la liga Asobal, la cual vuelve a escena tras casi dos meses de parón obligado por el demencial calendario internacional.
Esa Liga Asobal que comienza bien entrado septiembre, que hace que durante octubre noviembre y diciembre se jueguen partidos a tutiplén en fechas anárquicas y desordenadas (unas veces en martes, otras en miércoles, otras en jueves, otras en viernes, otras en sábado y otras en domingo, o sea, una locura). Esa liga en la que a veces no sabemos cuándo hay partido de nuestro equipo y a veces nos enteramos el mismo día en que juegan o al día siguiente por los periódicos (o por esta web). Esa liga que mezcla partidos de competición nacional con otros de competición europea, siendo muy complicado conocer su calendario de antemano. Esa liga en la que miramos la clasificación y no sabemos si la posición de nuestro equipo es real o no porque no todos los equipos llevan jugados los mismos partidos (ya sea porque hayan jugado partidos adelantados a la jornada o porque tengan algún partido pendiente de celebrar). Esa liga en la que el aficionado se saca el abono del club de sus amores con la intención de disfrutar de los partidos en fin de semana y luego resulta que la mitad de ellos se juegan en día laborable, en un horario incompatible con su jornada de trabajo. Esa liga que cuando todo está en ebullición allá por el mes de diciembre, se ve obligada a parar casi un par de meses por culpa del calendario internacional (ahora un Europeo de clubes, ahora un Mundial). Esa liga que tras el parón hemos enfriado la euforia y hace que nos hayamos enganchado a otros deportes.
Este deporte, absolutamente espectacular y vibrante, es muy difícil que en este contexto pueda dar su estirón mediático decisivo. Al aficionado de balonmano le cuesta saber cuando juega su equipo y que es lo que se juega. El parón de liga que hemos tenido, y que tenemos todos los años, hace que sea difícil recordar donde nos quedamos allá por diciembre. Es como si estás viendo una película en televisión y cuando te has enganchado a la misma y en lo más emocionante van y te meten 20 minutos de anuncios. Cuando vuelve otra vez la película, si no has cambiado antes de canal, ya no te acuerdas de que iba la misma. Y aunque te acuerdes te toca conectar otra vez con la misma emoción que lo hacías antes de ir a anuncios. Pues esto es lo que ocurre con nuestra liga de balonmano.
No sé cómo las ligas europeas más fuertes permiten este demencial calendario internacional. No sé porqué no copian de otros deportes (digamos futbol o baloncesto) y se juegue todo seguido, sin interrupciones, y allá en mayo o en junio tiempo habrá para celebras las citas internacionales de selecciones. Recordemos que estamos hablando de un deporte de sala en el que el calor del verano no es excusa ya que se juega en pabellones cubiertos, normalmente climatizados (nadie se queja con motivo de los Juegos Olímpicos que siempre se disputan en verano). Mientras esto no se arregle es difícil que el balonmano despegue como una alternativa seria a otros deportes más mediáticos.
En fin, vuelve la liga Asobal. El día 6 de febrero C.B. Torrevieja - Prevafersa Valladolid, vamos cuartos y el tercero lo tenemos a un solo punto, va líder el Ciudad Real,
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En fin, parafraseando a Fray Luis de León, Como decíamos ayer