El circuito está situando junto al estadio Zorrilla
El circuito está situando junto al estadio Zorrilla

AYER Y HOY DEL ARBITRAJE CASTELLANO LEONES

Julián Rodríguez Santiago | Columnista, ex árbitro internacional de fútbol
17 de Abril de 2010

Ayer en la sede de la Federación tuvo lugar un emotivo  y sencillo acto en el que se homenajeó al pasado y al presente del arbitraje Castellano Leones. A todos los colegiados que llegaron a ostentar la categoría de Primera División a lo largo de la historia del futbol nacional.
En total, 17 árbitros a lo largo de la historia del futbol, algunos ya fallecidos, tuvimos la suerte de poder alcanzar la Primera División,  y de estos  17, cuatro llegamos a ostentar la escarapela de internacional. Esto dice mucho, y bien, del nivel del arbitraje de nuestra región.
Para mí fue una noche memorable. Como quien dice, hace cuatro días que “colgué el silbato”, y tengo muy reciente todo lo que me ha sucedido a lo largo de mi trayectoria, pero me emocionó el que árbitros de distintas generaciones, de distinto futbol, contaran sus anécdotas, sus experiencias y sus recuerdos. Era como meterse en el túnel del tiempo del futbol, sin embargo lo contaban con tal detalle que parece que hubiera sucedido ayer.
Fue muy grato compartir momentos con ex compañeros de diferentes generaciones a la mía: con  un “rejuvenecido” Joaquín Ramos Marcos, con grandes figuras del arbitraje de nuestra región en las décadas de los 80 y 90 con los que tuve la suerte de coincidir y algunos casos ayudarles desde la banda tales como Valdés Sanchez, Calvo Córdoba, Rubio Valdivieso, Santamaría Uzqueda, Hernandez Velázquez o Rivas Fernandez. Otros más de mi generación con los que he compartido incluso espacio en la plantilla de 1ª División, tales como Turienzo Álvarez o González González.
Pero para mí el momento estelar fue el tener la oportunidad de estrechar la mano a una persona con la que apenas coincidí en el arbitraje pero que fue un referente para todos. En este caso nuestras carreras se cruzaron en el camino y apenas coincidimos un par de años en activo,  de tal forma que cuando él se retiró yo (siendo un “pipiolo”) comenzaba, y lo cierto es que ni siquiera nos llegamos a conocer personalmente. Es curioso, ambos somos y residimos en Valladolid, ambos fuimos árbitros de fútbol y ambos llegamos a la máxima categoría (eso sí, en diferentes épocas), pero hasta el día de ayer no habíamos tenido la oportunidad de conocernos personalmente. Me refiero a Don Jesús Ausocua Sanz, genio y figura.
Me habían comentado que Jesus Ausocua, después del fallecimiento de su hijo hace 6 años, había sufrido mucho y que su cabeza y su memoria no era la de antes. Que su salud era muy delicada. Sin embargo, vi a un Ausocua muy lúcido,  recordando momentos estelares de su carrera, recordando con detalle experiencias y anécdotas.
Vi a un Jesús Ausocua tranquilo, cercano, cariñoso y emocionado. Vi a una persona sencilla que creo que se encontró muy a gusto. Se marchó muy pronto, ni siquiera se  quedó a la cena porque se sentía agotado. Habían sido muchas las emociones vividas en esa tarde-noche. Su hijo Luis que lo acompañaba me reconoció que sale muy poco y se fatiga con facilidad.
Es una pena que hayan transcurrido 30 años desde que nuestras carreras se cruzaran y que hasta el día de ayer no lo haya conocido personalmente. Que enseñanzas y que consejos he podido perder por el camino. Sin embargo el destino ha querido que nos conociéramos ayer no antes, y para mí fue muy emotivo ver como Don Jesús recordaba
mil y una anécdotas:  aquel mítico partido en El Molinón cuando en un Sporting- Real Madrid expulsó a Enzo Ferrero a los 6 minutos (justamente por cierto)  y el público empezó a corear aquello de “Así, así, así gana el Madrid” que luego ha pasado a la  historia, o de aquella final de Copa del Rey en Valladolid en el año 82, en la que el Real Madrid ganó 1-0 al Sporting de Gijón en la que Ausocua era “linier” del actual Presidente del CTA Don Victoriano Sánchez Arminio, en la que lo que no han terminado de olvidar es  el frio que pasaron pese a ser mes de junio, y  que hizo que el José Zorrilla fuera bautizado como “El Estadio de la Pulmonía”. Tantas y tantas anécdotas y tanta y tanta sabiduría que, egoístamente, me entristece el no haberlo aprovechado antes.
Pero como dice el refrán “nunca es tarde si la dicha es buena”. Don Jesus ha sido un auténtico placer conocerlo, espero nos volvamos a ver pronto.