Nacho Martín, el `MTP´ de la Liga ACB
Hubo un tiempo en que era cosa de marineros y legionarios, pero aquel 'Amor de madre' pasó a la historia y, circunscrito al mundo del deporte, el tatuaje se ha convertido en los últimos años en todo un icono, adictivo incluso, para los deportistas. Hasta tal punto se ha extendido esta moda que raro es asomarse al césped o al parqué y encontrarse un jugador con la piel virgen. La pasión por el mundo tattoo ha terminado por convertir en raros a estos últimos, y la rareza de los otros en tendencia.
En la Liga ACB en concreto se ha llegado a establecer un ránking que tiene al vallisoletano como Nacho Martín como líder provisional en el capítulo nacional. José Ignacio Martín Monzón es el 'Most Tattoo Player' (MTP) de la competición. Todo un icono, equivalente al 'playground' en Estados Unidos o 'canchero' en Sudamerica, amante del hip hop y del baloncesto en la calle que ha ido tapizando su piel con letras o lemas que perfilan y explican lo que ha sido su vida desde que saliera de Valladolid camino de la Ciudad Condal, todavía en edad cadete.
Formado en una cantera de primer nivel como la del FC Barcelona, el camino hasta la ACB no ha sido fácil, debiendo parar en estaciones de segundo nivel como Badajoz o Calpe antes de relanzar su carrera en San Sebastián y Granada. Su último año en Zaragoza, donde logró el ascenso, le ha devuelto a casa junto al entrenador que más y mejor ha sabido exprimir su talento.
La reencarnación del mítico Martín de Francisco regresa a Valladolid con siete tatuajes más de los que se fue hace trece años. Siete razones que resumen su filosofía de vida. 'Daflow', como le conocen sus íntimos, guarda una explicación para todos ellos.
El más emotivo, sin duda, el que recuerda en su muñeca derecha la figura paterna con su nombre, 'Morty', y las fechas de su nacimiento y muerte. El fornido y rocoso pívot del entonces Miñón Valladolid no sólo fue uno de los precursores de aquella etapa que despertó el amor por el baloncesto en la ciudad sino que, además, marcó una época como uno de los primeros 'hombres grandes' del baloncesto español. En ese mismo brazo se puede leer también su nombre y el de una chica traducidos al chino. Si pasamos al hombro izquierdo nos encontramos con un balón coronado en el que se distinguen las letras BCN como homenaje a la que considera su casa, Barcelona.
El mapa que luce en su cuerpo Nacho Martín se detiene también en su pantorrilla izquierda, donde unas letras chinas que significan lealtad recuerdan el nombre de uno de sus amigos con los que compartió formación en Barcelona.
Probablemente el más costoso y doloroso de los tatuajes es el que figura en su espalda, un lema en latín que traduce su sentimiento de privilegio por poder hacer lo que realmente le apasiona, jugar al baloncesto: 'Muchos son los llamados pero pocos los elegidos'.
Además, en su pierna derecha se puede apreciar la figura de un jugador envuelto en llamas con el que Nacho pretende convencerse de que hay que jugar al baloncesto estés como estés, e independientemente de los problemas que tengas.
La pasión por los tattoos que profesa el nuevo jugador del Blancos de Rueda trae a la memoria la de otros ex como Bud Eley, que ¡¡tenía 45!! repartidos por todo su cuerpo, Gomis, que lucía un tigre, Bernard Hopkins, con los nombres de sus hijos, o el propio Amal McCaskill, sancionado después por consumo de cannabis, que lucía la imagen de Bob Marley en su hombro izquierdo.