30-23: La directiva se "venga" de los periodistas
Cada 22 de diciembre la sana rivalidad entre el Balonmano Valladolid y los que "juzgan" su actuación durante todo el año se pone en juego en el tradicional partido club-periodistas. Una buena oportunidad para ver cómo Pastor pone en juego lo que enseña todo el año, cómo la simple presencia del presidente Dionisio Miguel Recio pone orden en la cancha o cómo se confirma que a los "plumillas" les hace falta una importante sesión de físico...
Los directivos y entrenadores con la camiseta naranja del patrocinador, los periodistas con la tradicional morada. Todos perfectamente uniformados. Y ahí comenzó la batalla, ya que en función del número que uno escogiera se podía llevar todo tipo de comentarios del rival o de los propios compañeros. Pastor escogió la de Raúl Entrerríos, tal vez soñando con la marcha atrás en la decisión de un central asturiano. Por cierto que Raúl se pasó por Huerta del Rey a la hora del partido pero "sólo" para recoger su pasaporte antes de incorporarse con la selección, aunque más de uno le hubiera gustado "fichar" al jugador por unas horas.
En el otro lado, entre los redactores y fotográfos nadie quería la camiseta de Luka Scurek, tal vez para evitar ir directamente a la grada, mientras que otro se quedó con la Bilbija optó esta vez por jugar en la posición de pivote, con el deseo de gozar de más minutos por parte del entrenador.
La primera parte estuvo igualada, ya que la dirección en el juego de los locales por parte del técnico vallisoletano era contrarrestada por los lanzamientos de Víctor Borda, el juego en el área de Guillermo Velasco o el recital de paradas de Manolo Centeno. Un bonito duelo que al término de los primeros 25 minutos -el físico no daba para jugar los 30 reglamentarios-, reflejaba un ilusionante 14-12 para el Valladolid.
Pero en la segunda parte llegó la falta de oxigeno, los fallos en los pases, las discutidas decisiones arbitrales y, en definitiva, la calidad de un combinado local con más gente joven y preparada. Y es que los directivos del Valladolid, con el presidente a la cabeza, decidieron ver "los toros desde la barrera" y sólo el director deportivo Raúl Torres, el físio Carlos o el segundo entrenador Eduardo Izquierdo hicieron causa común con Pastor.
Un parcial de 16-8 dejó el duelo visto para sentencia, aunque la prensa supo maquillar el marcador en los últimos minutos hasta el definivo 30-23. Alguno pensó incluso que si el partido dura los 30 minutos reglamentarios se hubiera completado la remontada, a lo que otros contestaron que "si dura un minuto más, me muero". Victoria local, celebrada al más puro estilo título de la Recopa -con corro y cánticos en el centro de la pista-, y derrota visitante al grito de "el año que volveremos otra vez".