El rugby veterano homenajea a Javier Mardones

Sí, es verdad que a todos nos llama la parca demasiado pronto, pero cada caso tiene unas consecuencias sentimentales específicas en cada colectivo. Cuando decidió que se llevaba a Javier Mardones el mundo del deporte de Valladolid notó la sacudida de la perdida de un luchador. Un luchador que cuando tuvo el primer golpe de cáncer supo, sobre todo, darnos ánimos y ejemplo a todos los compañeros de profesión.

La enfermedad, caprichosa, hizo un guiño en falso de remisión, todos nos alegrábamos pero su recaída, ya definitiva, sirvió una vez más para demostrarnos la categoría personal de Javier; sólo los muy grandes son capaces de darte ánimos cuando con toda la entereza te comunican que la mejoría ha sido ficticia. Sólo los muy grandes son capaces de darte un abrazo que te consuele de la pérdida que te anuncian, de que ya no hay solución.

Supo ser un luchador hasta el final y así se lo han reconocido los veteranos del rugby en una jornada que han llevado a cabo en los campos de Arroyo. Lo importante no era el resultado, lo importante era que en el pasillo de después de cada partido flotaba el espíritu de Javier Mardones