VALLADOLID, CIUDAD DEPORTIVA DE TODOS
El deporte, en sus diferentes acepciones, ya se trate de la vertiente profesional con fines competitivos, como práctica de la actividad física espontánea de los ciudadanos realizada con fines recreativos y saludables, puede ser considerada uno de los fenómenos sociales emergentes más importantes de los último medio siglo. En la sociedad del bienestar, el tiempo de ocio se canaliza habitualmente a través del deporte, asistiendo a los estadios y pabellones a presenciar encuentros de equipos profesionales o de clubes de base, o realizando actividad física en las ciudades (andando, corriendo, paseando en bicicleta
).
Además, los valores que transmite el fenómeno deportivo a la sociedad suponen un pilar de la educación social, convirtiéndose el deporte en un complemento ideal del sistema educativo, sin olvidar que es un elemento de cohesión social, aportando las nociones de sacrificio, esfuerzo, compañerismo, solidaridad y superación, que en otros ámbitos no se plasman con tanta intensidad en nuestros días.
En la punta del iceberg del fenómeno deportivo se encuentra su vertiente más competitiva, constituida por aquellos clubes y equipos que compiten en las máximas categorías nacionales de su modalidad y que son el emblema del fenómeno deportivo en una ciudad, por ser las entidades que la representan en este ámbito en el exterior y suponer un efecto emulación para los jóvenes.
En Valladolid tenemos que valorar muy positivamente la existencia de diez entidades de diferentes modalidades en la élite del deporte nacional, que debe ser motivo de orgullo para todos dado nuestro contexto económico y poblacional. Unos clubes y equipos muy representativos que pasean por la geografía nacional el estandarte del vallisoletanismo, a los que tenemos que agradecerles este hecho, hasta el punto de que si en alguna faceta destaca Valladolid es por su deporte.
Que Valladolid es una ciudad deportiva por excelencia no debe sorprender a nadie, si a lo ya citado sumamos la infinidad de acontecimientos deportivos nacionales e internacionales de élite que se celebran a lo largo del año, el considerable volumen de practicantes en cuantos eventos se organizan y la red de infraestructuras disponibles para la práctica del deporte entre los vallisoletanos.
Más de 200 clubes que abarcan las más variadas disciplinas, 11.000 escolares practicando deporte y compitiendo en los Juegos Escolares, más de 80 instalaciones deportivas distribuidas por el término municipal -siete piscinas climatizadas, dieciocho campos de fútbol de hierba artificial, dieciséis pabellones polideportivos y complejos específicos para la práctica de modalidades concretas como tiro con arco, rugby, motocross, tenis, piragüismo
- avalan el calificativo que Valladolid tiene en el exterior.
Por otro lado, no se puede obviar que al acoger la capital con frecuencia acontecimientos deportivos de relevancia, esta circunstancia supone para una fuente de ingresos nada desdeñable para la hostelería y el comercio, produciendo beneficios intangibles en términos de imagen y proyección al exterior de la ciudad.
El Ayuntamiento apuesta por seguir potenciando este perfil de ciudad deportiva, remarcando el compromiso de apoyar la organización de competiciones, mejorar las instalaciones, impulsar nuevos programas dirigidos a los ciudadanos vallisoletanos y ayudar a las entidades que trabajan en el deporte base. Esta ha sido la línea de actuación municipal los últimos años, hasta el punto de afirmar que Valladolid se halla por encima de la media de las principales capitales españolas en esta materia.
Habida cuenta de su importancia en términos de imagen y como referente para los jóvenes, se ha estructurado un plan de apoyo a los clubes y entidades deportivas que compiten en las máximas categorías, pues aportan valor añadido a la ciudad en aspectos no sólo deportivos, sino económicos, turísticos y sociales. La actual coyuntura económica ocasiona a estos clubes un problema al ver limitadas sus posibilidades de financiación en el mundo empresarial. Si añadimos las dificultades que atraviesan las administraciones públicas, en un contexto de caída de ingresos y ajuste de sus gastos, tenemos un panorama sombrío para el deporte de élite.
Ha llegado el momento de que todos nos concienciemos de la necesidad de arropar a nuestros clubes más representativos, sintiéndonos orgullosos de ser vallisoletanos y posibilitando que puedan continuar compitiendo en las máximas categorías. Resulta indispensable que socios y aficionados aportemos cuanto podamos para impedir que clubes históricos de Valladolid puedan desaparecer o perder su categoría. Sólo con la acción combinada de todos, aportando cada uno su granito de arena, podremos seguir disfrutando en nuestros estadios y pabellones de sus triunfos, orgullosos de una de las señas de identidad: el deporte.
Y, finalmente, necesitamos la complicidad de los medios de comunicación, evitando airear permanentemente los problemas internos de nuestros clubes, que lejos de contribuir a su solución, lo que consiguen es asustar y desanimar a posibles patrocinadores. O remamos todos en la misma dirección, o el barco no llegará a buen puerto.