SUCEDIÓ EN LUNES
Creo que el título exacto de la película era Sucedió en Manhattan, sin embargo, sucedió en Valladolid, en Pucela capital y sucedió un lunes. Un lunes que subimos a Zorrilla a ver a nuestro equipo, y pasó lo que pasó. Lo que todos sabéis que pasó.
Pero los lunes de partido empiezan por la mañana. Estaba a punto de entrar por la puerta de la oficina al trabajo y coincidí con el jefe de mi jefe, que es lo mismo que decir el Gran jefe. Me pregunta David, ¿qué tal el fin de semana? y como sé que es seguidor del Pucela (aunque sólo de los que se abonan en Primera. . .) le digo que bien, pero que el fin de semana no se termina hasta que juguemos esta noche. Con una media sonrisa me dice pues tienes razón. Esta noche nos llevaremos el bocadillo. Conversación de dos minutos y cada uno a lo suyo.
Por la tarde me encuentro con mi primo Ignacio que va a entrar en una administración de Loterías. Tiene toda la pinta que ha pillado algo en la quiniela y va a comprobarlo. Le digo que dónde va, que los de once no cobran, y claro, me dice que por si acaso. Decimos que esta noche nos vemos. Solemos coincidir en los descansos en el rellano de la Grada Oeste, ¿o es la Este? Vamos, en la Preferente B de toda la vida. Comentamos que vemos bien al equipo y que este año nos vamos a divertir. No sabe qué hacer, si llevar a su hija Marta de 12 años y que tiene que madrugar para ir a clase, o no; si la lleva le supone el divorcio de su mujer, y si no la lleva le supone el divorcio de su hija. Al final ganó Marta, pero Ignacio no creo que se divorcie. . . al menos por el fútbol.
Y cuando estoy llegando al Estadio y viendo las luces de las ferias (¿por qué será que ves luces de feria y piensas en Sevilla?) me acuerdo de mis amigos de Sevilla Chipi, Marín y su familia que vienen siempre que pueden si el partido no cae en día de diario. Y es que para ellos el Betis es una religión: el que no quiere al Betis no quiere a su madre, dicen.
¡Ay, ay, ay! Tenemos que ir al partido. Y es que este partido es de los que te gustaría echar la bronca a alguien, despotricar contra algún jugador, contra el equipo, contra el entrenador o contra el árbitro ¡con lo bien que hemos jugado! Pero no puedo ¿con qué valor me meto yo con Jaime? Vale que la ha pifiado, y mucho. Vale que ha cantado más alto que Pavarotti, pero y ¿todo lo que nos ha dado? No le vamos a machacar al hombre. Gran éxito de este nuestro Pucela es de Jaime y se lo tenemos que valorar. Es cierto que no se le ve seguro este año, no sé si porque la Primera le asusta o qué, pero no se le ve cómodo.
Ya he oído las primeras voces que piden una oportunidad para Dani Hernández, que por otra parte el chico se la merece, pero el que realmente se merece otra oportunidad es el propio Jaime. Eso sí, si la vuelve a preparar, pues ahí está el vino tinto preparado, además ahora, que es época de vendimia.
Me gustaría despotricar contra Álvaro Rubio que no ha tenido su día y no ha dado un pase a derechas, pero es que no puedo. Lo reconozco es mi debilidad y por lo visto la del equipo. Cuando se ha marchado no ha habido equipo y estaba sin orden; y me gustaría gritar a Marc Valiente que en la jugada del gol estaba en el campo como el que ve llover, pero tampoco lo haré porque simplemente ha sido un lunes, un lunes de tantos otros que no volverá a pasar. Y contra el árbrito ¡no ves que es fuera de juego, ponte gafas! Pero tampoco.
Hemos aprendido de nuestros errores y jugando como los ángeles que es como lo hemos hecho no vamos a tener problemas para mantenernos. Esta semana que todo el mundo habla del Atleti, nosotros también porque vamos a por ellos. Ni Cholos, ni Falcaos ni ná, nosotros tenemos a Djukic, a Óscar, a Rueda, a Ebert o a Guerra, que por favor ¡marca ya! Te necesitamos y estamos contigo.
Ahora a dormir, que solo ha sido un mal sueño de un lunes, y es que solo eso, sucedió un lunes. . .