PORQUE SOMOS EL PUCELA

David de la Fuente | Diario de un aficionado
7 de Junio de 2011

En el fútbol hay muchos tópicos del estilo a “el fútbol es así”, “fútbol es fútbol”, “no hay rival pequeño” y demás. Uno que suelen repetir mucho los entrenadores es “hay que ir partido a partido”, y eso es lo que debemos hacer, y para nosotros el siguiente partido es este jueves. Para los jugadores es un partido de 180 minutos, pero los primeros 90 los jugamos en Zorrilla y los que vayamos ¡ojalá seamos muchos! tenemos que ir como que fuera el último partido de nuestra vida.


Pero antes tenemos crear ambiente. Yo ya tengo mi bandera de “Somos de primera” colgada en la ventana, tengo ganas de encontrarme a Pepe Zorrillo y darle un abrazo de gol; y durante toda esta semana hay que ir vestidos con algo violeta (o la camisa, o la corbata, o el jersey… incluso el paraguas). Que se noten nuestros colores toda la semana.


Y el jueves todos a Zorrilla con cánticos, gritos, palmas, tambores, trompetas, banderas, banderines, bufandas, camisetas blanquivioletas, nuestras caras pintadas… con nuestra imaginación y con nuestras gargantas preparadas para que durante dos horas seguidas se nos oiga en todo Valladolid, Castilla y León, España y el mundo entero.


Cantaremos nuestros gritos de guerra favoritos, que a mí el que me pone los pelos de punta es el “con un…” que en Huerta del Rey o Pisuerga se oyen mucho y en Zorrilla con 20.000 voces a la vez debe de ser impresionante. Ya quisiera el Liverpool que su “Never walk alone” fuera igual de bonito y sonara igual de bien. Ya estoy vibrando imaginando a todo el estadio cantando


Con un, con un, con un
ramo de flores
de pensamien,
de pensamien,
de pensamiento,


pala, pala, palabras amorosas,
que lleva el vien, que lleva el vien,
que lleva el viento,
Valladolid, Valladolid,
Valladolid, Valladolid,
Valladolid, Valladolid


¡¡¡Valladolid Campeooón!!!!!!


Y acto seguido, sin dejar ni un minuto siquiera, volvemos por ejemplo con un simple pero efectivo ¡Ale Pucela, ale Pucela, eh, eh! ¡Ale Pucela, ale Pucela, eh, eh!... y así hasta el infinito…


Sólo pararemos al descanso para comer el bocata, coger fuerzas y volver a cantar. Y al final del partido nuestras manos quemarán de tanto dar palmas y gritar ¡Pu, Pu, Pucelá!, ¡Pu, Pu, Pucelá! Y que nos tengan miedo los demás, porque somos EL PUCELA y aunque sea muy infantil, con la ilusión de cuando éramos pequeños ¡A la bin, a la ban, a la bin, bon, ban, EL PUCELA ganará!