YO JUGUÉ LA ÚLTIMA COPA
Si nos dicen el pasado verano que, antes de terminar la primera vuelta, íbamos a tener once victorias, la permanencia virtualmente en la mano y clasificados para la Copa, no nos lo creeriamos, y el que diga que no igual miente. Pero es verdad y ya era hora de poder ir al baloncesto a disfrutar.
Y es que con este Blancos de Rueda me siento identificado, porque es el equipo de mi vida y de mi ciudad y es una auténtica alegría ver todo lo que están haciendo estos jugadores. No les envidio sino que disfruto con su juego. De hecho, yo que no soy muy expresivo, el domingo ante el Caja Laboral no pude por menos que levantarme a aplaudir su juego, su defensa y las actuaciones individuales de todos ellos. Tengo envida sana porque me identifico cien por cien con este equipo.
Se ha hecho un gran bloque y de eso tiene mucha culpa Porfi, que ha conseguido acertar con los fichajes y con el juego desplegado. Ojalá sea el inicio de unos años de tranquilidad, a pesar de los graves problemas economicos del club.
Y para los que hemos tenido la suerte de disputar una Copa del Rey con esa camiseta morada, la Copa supone un premio a una excelente primera vuelta y supone conseguir algo que no estaba entre tus objetivos al inicio de temporada. Para los clubes pequeños como el nuestro es, por tanto, una alegría doble incluso antes de que arranque la competición.
La Copa es la gran fiesta del baloncesto español y casi del baloncesto europeo, porque van a estar en Madrid ojeadores de practicamente todos los grandes equipos de europa, de la NBA, los ocho mejores equipos, las mejores aficiones, y multitud de personajes del deporte. Es, además, un buen escaparate para los jugadores.
Por eso digo que el Blancos de Rueda tiene que ir a disfrutar lo que ha ganado. La presion es para los grandes, los que están obligados a ganar la Copa. Nosotros vamos como premio y el jugar sin presión puede ser además nuestra mejor arma. Recuerdo la Copa que jugamos en casa en el 1998, que nos tocaba todo un Real Madrid en cuartos de final y al que eliminados a pesar de llegar ellos como líderes de la competición. Luego, en semifinales, nos tocó un Pamesa que fue a la postre el campeón, porque tenía en sus filas a un Nacho Rodilla, elegido MVP de esa Copa, que decidió en los últimos gtres minutos de un igualado encuentro y superó en su particular duelo a nuestro base americano Tony White.