LOS CAMPEONES DE LA ROJA

Sara García | Cuidando el lenguaje
14 de Julio de 2010

Pasada la resaca del Mundial, me apetece recordar algunas de las frases que hemos leído y releído en los periódicos que han llenado las páginas con fondo rojo. Porque rojo ha sido el color de la marea humana que se echó a la calle para recibir a los héroes (según la RAE, 1. Varón ilustre famosos por sus hazañas o virtudes, 2. Hombre que lleva a cabo una acción heroica, por ejemplo, ganar un Mundial de Fútbol), rojo es el color de la camiseta, aunque entremos en la Historia con un Iniesta vestido de azul, y rojas eran las banderas que adornadan los balcones de cada rincón de este país. Porque eso es lo que han conseguido, quitarnos el rojo de la vergüenza, y sacarnos los colores para vestir las ciudades del rojo pasión.


Los cánticos todavía resuenan en nuestros oídos, y tan pronto recordamos la canción ya famosa en la Eurocopa ("Yo soy español, español, español...) como emulamos a Manolo Escobar, que si se saben bien la letra, viene como anillo al dedo: "la gente canta con ardor, que viva España, la vida tiene otro sabor y España es la mejor". Porque sí, porque estos días parecía que la vida tenía otro sabor y otro olor, y otro color, ya saben, el de la Roja.


Y aquí quería llegar yo con todo lo que se ha escrito y oído de las connotaciones políticas de este color, y de repente rebuscando el origen llego a que se le atribuye a Luis Aragonés de su época de seleccionador y sobre todo, de la Eurocopa de 2008. También leo que antes se usaba más el calificativo de "La Furia Roja" por el ímpetu con el que jugaban, y que se lo pusieron los periodistas italianos en los años 20 en un partido entre España e Italia que comenzaron a llamarnos "La Furia Rossa" por el color de la camiseta. No somos los únicos, a Chile también se le conoce igual, y tampoco somos los primeros a los que nos llaman como la camiseta, recuerden a los "Reds" de Liverpool o los "Red Devils" del Manchester United o los albicelestes, que son los argentinos.


Pero como esta columna es para cuidar el lenguaje, me centraré en algunas de las palabras más oídas estos últimos días, por ejemplo, campeón. Es lo que más hemos leído en titulares, bien grandes, a una línea, en portada, como cuando estudiábamos y nos decían que eso sólo se podía utilizar para algo muy importante. Según la RAE significa: 1. Persona que obtiene la primacía en el campeonato y 2. Persona que defiende esforzadamente una causa o doctrina. Viendo cómo ha jugado la Selección, "defendiendo esforzadamante su filosofía de juego", y más ahora que ya se saben todos los datos -la que menos faltas ha cometido- y hemos analizado su juego hasta la saciedad, me gusta más la segunda acepción.


También leo en internet - Reflexiones Moo Duk Kwan, artículo "entrenar para mejorar"- la diferencia entre campeón y artista marcial: "aquel que realiza su práctica con constancia, esfuerzo, disciplina, fuerza de voluntad, pasión, compañerismo, respeto, inteligencia y paciencia". Pues eso nuestros jugadores de la Selección lo han hecho muy bien, no ha primado ganar por encima de cualquiera, sino que se han comportado como verdaderos campeones, respetando las reglas y a los rivales, virtudes que les convierten en auténticos artistas marciales. Creo que éste será el único calificativo que no he leído.


No voy a hablar de los tópicos, que ha habido muchos, pero fíjate que esta vez me ha gustado ver el "baño de masas" que se dieron "los héroes del Mundial" después de "entrar en la Historia" al "alzar la Copa al cielo" cuando Iniesta hizo "el gol de su vida", sino que voy a criticar ferozmente que, con lo orgullosos que hemos dicho al mundo entero que somos españoles, ¿cómo podía leerse en el autobús de la celebración "Impossible is nothing"? Tanto hablar de que hemos alcanzando un sueño, y para decir que "nada es imposible", lo ponemos en inglés. ¡Hombre, por favor! Lo mismo que oír el mítico "We are the champions...of the world" como banda sonora, aunque esta vez fuera cierto, ya que nos ajustamos a la traducción literal, qué quieren que les diga: ¡con lo bien que sueña eso de CAMPEONES DEL MUNDO!