RENOVACIÓN
Apenas ha concluido la temporada, y el Balonmano Valladolid parece no querer dormirse en los laureles. Ni en lo institucional (nuevos proyectos y nuevos patrocinadores) ni en lo deportivo (capitulo de altas y bajas) se ha querido esperar más tiempo. De tal guisa que parece que la plantilla, a falta de algún retoque de última hora, está prácticamente perfilada.
El nuevo proyecto es muy ilusionante por cuanto creo que se ha metido el bisturí a uno de los problemas que tenía que abordar la directiva y el cuerpo técnico del Balonmano Valladolid: La renovación, no traumática pero necesaria, de una plantilla que se había ido envejeciendo casi sin darnos cuenta (era una de las más veteranas de toda la liga Asobal), sin mermar el potencial deportivo de la misma. Felicito por los fichajes realizados ya que siguiendo con la filosofía de club de fichar gente no consagrada pero que puede estar altamente comprometida con un proyecto deportivo, dan un nivel importante para seguir soñando.
Se echará de menos a hombres como Bosco Rentero, Zile y, sobre todo, a Entrerríos, pero el balance de las bajas con respecto a los que vienen creo que es positivo y que se sigue sumando. Se van a contar con jugadores nuevos que aportarán más variantes de juego a un equipo que ha tocado techo en la liga doméstica, pues es difícil aspirar a más habida cuenta del potencial de los que tenemos por delante, pero que tiene sus ilusiones puestas en poder ganar alguno de los títulos menores en liza y hacer un digno papel en Europa.
Aunque queda mucho tiempo para el comienzo del nuevo curso (el demencial calendario del balonmano internacional consiente descansos de más de 4 meses entre el fin de una campaña y el comienzo de otra), el trabajo a nivel despachos está prácticamente hecho. Y la cosa sigue y el capitulo de incorporaciones no está cerrado. Es ilusionante la idea de poder fichar a jóvenes jugadores como Albert Miralles (extremo del Barcelona de tan solo 18 añitos internacional junior) pues creo que es la única fórmula que les queda a equipos del nivel del Balonmano Valladolid de tener en el futuro una plantilla capaz de hacer frente a los grandes.
Ahora queda un largo verano de descanso. Vendrán los infumables partidos de pretemporada en polideportivos de pueblos, que a casi nadie interesan, pero que es la única forma de tener rodados a los jugadores. No parece lógico tanto parón y que luego en sesiones miércoles-domingo allá por los meses de octubre, noviembre y diciembre se jueguen de forma atropellada partidos de toda clase (nacionales y europeos) que nos tienen a todos descolocados. Pero hasta que a nivel internacional no se sienten para fijar un calendario lógico, esto será así siempre, frenándose el posible crecimiento de un deporte que no termina de dar el salto mediático que se preveía hace unos años. Pero en fin, ese es otro tema.
Feliz verano y felices vacaciones a todos.