EL VIZCONDE, LOS MINGAFRÍAS Y JAVI

Cuento número 2. La milonga de hoy es sencilla. El Real Valladolid me la dejó “a güevo”. Javi ha vuelto. Miro Internet. En un foro, lugar de debate del siglo XXI, se sentencia: “En el mundo del fútbol hay tres clases de entrenadores: los buenos, los malos y Javier Clemente”.

Yo, sinceramente, le echaba de menos. Vale que Guardiola consigue títulos, y Pellegrini puede que los acabe ganando. Vale que ahora se lleva el rollito entrenador metrosexual. Esos jerséis ajustados, barba de tres días de Pep, frente al traje oficial, perfectamente entallado, del chileno. Y valen, para los departamentos de prensa de los respectivos clubes, esas largas ruedas de prensa llenas de tópicos, sin improvisaciones ni salidas de tono. Todo eso vale, pero todo eso no me pone. Yo crecí en otro mundo.

Creo en el entrenador deslenguado. Creo en el entrenador provocador. Creo en el entrenador que fuma mientras dirige (ya prohibido en este mundo lleno de prohibiciones). Creo en el chándal. Mendilíbar y Onésimo lo llevaban pero sin estilo. Luis Aragonés es nuestro Dios. El sexador de pollos, la estanquera de Vallecas y Clemente, sus apóstoles. Amén.

Un tío con carácter, este vasco. Capaz de bautizar al periodista líder de la radio española como el “vizconde”, por la mirada distraída del personaje en cuestión. Capaz de llamar a sus jugadores del Athletic “mingafrías”, tras un entrenamiento en el que se tocaron eso… Y de sentenciar, con sentido filosófico, el, “somos los que somos, estamos donde estamos y llegaremos donde tengamos que llegar”. Así se levanta un vestuario, con un par...

Como pueden leer, yo en sus sistemas de juego no entro. Pero copio aquí otra gran frase, por si sirve de algo para los nuevos chicos de Clemente. La dijo el histórico entrenador del Liverpool, Bill Shankly: “Si te encuentras en el área y no estás seguro de qué hacer con el balón, mételo en la portería… y después discutiremos las opciones”. Así sea.

P.d. Milonga: f. coloq. Engaño, cuento