Una 'burrada' de gol

Porque uno sólo necesita dos segundos para saber claramente quién saber montar y quién no. Y en eso los mayores tienen ventaja. "¿Te acuerdas cómo se hacía?", le dijo un hombre a otro, a lo que el segundo sonríe y contesta: "Eso no se olvida". Pues es verdad. Los mayores enseñaban a los más jjóvenes como subir, como avanzar e, incluso, como distinguir uno nervioso de otro más tranquilo.

Pero el Mundial de Burro Polo no es sólo una lección de monta. Hay que marcar un gol para ganar al equipo contrario y eso es otra película. Conseguir que el burro vaya en la dirección correcta, que la escoba que hace de 'stick' esté en el lado adecuado y que nada ni nadie frente la trayectoria del burro-escoba-jugador-balón es un arte al que pueden acceder muy pocos.

En esta segunda batalla los más jóvenes son más arriesgados, capacez de dejar colgar medio cuerpo para llegar a la 'pelotita' por el único objetivo. Y en ese objetivo las chicas también muestran su habilidad en un campo de dimensiones reducidas -18 metros de largo por 12 de ancho, según los organizadores-.

Selecciones 'mundiales' de tres jugadores. Seis equipos que desde las siete de la tarde se enfrentaron para lograr el ansiado trofeo planetario, alguno de los cuales se marchó de Benafarces sin saber lo que siente uno cuando se abraza con su burro después de marcar el tanto de la victoria. El año que viene loo volverá a intentar.