29-27: La picadura de la Mamba negra

La mordedura del Atlético Valladolid empieza a ser mortal. El equipo vallisoletano tiene veneno en sus manos suficiente como para picar jornada tras jornada en Plata y herir de muerte a un Asobal en Copa. 

Salió el Atlético a Huerta del Rey con el estado de alerta enchufado, repeliendo con agallas la amenaza del BM Aragón. Logró en los primeros minutos ponerse a la altura de su rival pero no superarle; lo intentó andando a paso ligero, pero fue incapaz de poner los grilletes a las torres que los maños tienen como pivotes (3-5). 

Los vallisoletanos siguieron el ritmo zaragozano gracias a Grossi y Roberto Pérez, un minotauro dentro del laberinto defensivo expuesto por un rival, que si no encontraba premio en el juego con el pivote lo hacía buscando un puñal en los extremos, donde Ariño era el filo más peligroso (8-11).

La 'mamba negra' decidió morder y su veneno colapsó el sistema central del BM Aragón. La presencia de Ávila y Turrado, cerrando filas en el centro, fue el toque de corneta para empezar una remontada en la que Roberto era el mariscal. Con un parcial de 5-1 (y un marcador de 13-12), el banquillo aragonés tiró de la cartulina verde para solicitar un tiempo muerto en el que preguntarse qué había salido mal. 

Los pivotes maños volvieron a sacar pecho para devolver las tablas al luminoso (16-16) con la que terminó el primer periodo y que abrió la verja del segundo. La bola seguía en juego en el pinball que era el parqué; un correcalles del que nadie parecía querer escapar. El cansancio empezaba a notarse y es en esos momentos en los que Fernando Hernández busca un as debajo de su manga para ganar la partida. El veterano aportó no sólo goles (letal desde los siete metros) sino que regaló una colección de asistencias para enmarcar y colgar en un museo. 

Con una igualdad que apuntaba a perenne, llegó la tercera exclusión de Del Valle y la vuelta a los terrenos de juego de Demetrio Lozano (22-22). El lateral abandonó su puesto de técnico para volver a vestirse de corto. Su figura inspiraba respeto, pero el efecto Cid Campeador quedó en la taquilla. El escalofrío de la grada se desvaneció cuando comprobó que el madrileño aún no ha recuperado su gatillo fácil. 

En Copa la balanza tiene que decantarse a un lado o a otro, nunca se queda en la mitad. En este caso fue el Atlético quien puso más peso en su plato. Una rosca con sabor a caviar de Roberto Pérez despejó la primera incógnita para un Huerta del Rey que rugía como siempre (25-24), para que Fernando y Lacasa terminaran de despejar la ecuación (29-27).

Fuegos artificiales para celebrar el juego del Atlético Valladolid que deja fuera de la Copa del Rey a un equipo Asobal y prepara la ganzúa para intentar el día 5 de noviembre volver a abrir la caja de las sorpresas ante uno de los ocho primeros clasificados de la pasada campaña, que visitarán Huerta del Rey para jugarse el pase a la siguiente ronda a una sola carta. 

29.- ATLÉTICO VALLADOLID: César (p), Grossi (2), Turrado (-), Fernando Hernández (10, 5p), Roberto Pérez (7), Viscovich (2) y Egea (1) -Siete inicial- También jugaron: Rey (p.s.), Lacasa (3), Ávila (2), De la Rubia (2), Quintanilla (-) y Raúl Álvarez (-).

27.- BM ARAGÓN: Álvaro (p), Sorli (2), Asier Antonio (3), Val (5), Del Valle (2), Camas (3) y Ariño (4, 2p) -Siete inicial- También jugaron: Jorge (p.s.), Clavería (1), Pellicer (2), Sebastián (-), Millán (-), Demetrio Lozano (2) y Tuquet (3, 2p).

   

 Parciales cada cinco minutos: 1-2, 5-6, 8-9, 9-11, 14-12, 16-16 -Descanso- 17-17, 18-19, 20-21, 23-23, 24-24 y 29-27 -Final- 

Árbitros: Hermoso del Amo y Monjo Ortega (Federación de Madrid). Excluyeron dos minutos a De la Rubia, por parte del Atlético Valladolid y a Del Valle (3 -Roja-) por parte del BM Aragón. 

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey, celebrada en el pabellón Huerta del Rey de Valladolid ante, aproximadamente, 1.000 espectadores.