La invasión de los pequeños jugones

Los aledaños del Campo Grande nunca estuvieron tan vivos. Unas horas después de disfrutar de una sesión de canastas y rebotes con el día del Minibasket, la Acera de Recoletos metamorfoseó para convertirse en un parque de atracciones del balonmano en el que alrededor de 500 niños disfrutaron de la magia de este deporte. 

BM Laguna, Lourdes, La Enseñanza, Aula Cultural, Rondilla, San Agustín, Delicias o Viana fueron algunos de los anfitriones que abrieron la puerta de estas jornadas a los equipos palentinos de Balopal y al Francisco Pino, que comienza a dar sus primeros pasos en el mundillo del balonmano de la mano del exjugador del BM Valladolid David Pisonero. 

Pese a que los resultados se quedaron en casa, las ganas de competir y hacer el mejor papel posible fueron el denominador común en todos y cada uno de los casi 90 partidos que se celebraron entre las cuatro canchas instaladas en la Acera de Recoletos y en las instalaciones del colegio de La Enseñanza, que albergó los partidos de los infantiles. 

Benjamines, alevines e infantiles demostraron que Valladolid tiene asegurado el balonmano para varias generaciones y de ello fueron testigos de excepción nombres propios de este deporte en la ciudad como Fernando Hernández, jugador del Cuatro Rayas Valladolid; o los entrenadores Dani Gordo (Ademar), Nacho González (Balonmano Valladolid), Jota González (Naturhouse La Rioja) o Miguel Ángel Peñas (Aula Cultural).

El final de la jornada dejó una medalla en el cuello de los participantes y una Acera de Recoletos que ya cuenta los días hasta que vuelva a perfumarse con el aroma del mejor balonmano base.