2-3: Exceso de confianza

A priori, el partido podía indicar que el universitario iba a reforzar su primera plaza en la tabla clasificatoria puesto que su rival ocupaba la parte baja de ésta, más aún si añadimos la circunstancia de una lesión de las locales en el calentamiento, situación que se mantuvo presente en la cabeza de sus compañeras en los dos primeros sets.

El primer parcial comenzó de una manera arrolladora por parte de las foráneas consiguiendo una renta de 6 puntos lo que provocó el primer tiempo muerto solicitado por el cuerpo técnico de las locales (0-6). Esta interrupción poco cambió la situación ya que se llegaba a una segunda parada reglamentaria con un arrollador tanteo (4-16). Con una renta tan abultada las universitarias solo tuvieron que dejarse llevar con intercambios al saque para conseguir la primera manga (14-25).

El segundo set iba a ser un calco del primero, consiguiendo que con el 1-7 se volviera a interrumpir el encuentro por tiempo muerto de las locales y posteriormente con el 4-16 agotar su segundo tiempo muerto. De nuevo con esa renta tan amplia llegaban cómodamente al final de set (16-25).

Tras los dos primeros parciales y con los tanteos en cada manga con semejante diferencia en el marcador, todo hacía pensar que las de Valladolid iban a conseguir un cómodo y rápido 0-3, pero la diferencia en las dos primeras mangas realmente había sido provocada por un sin fin de errores no forzados de las locales (saques, recepción, ataques…).

En el tercer set esos errores se iban a reducir en gran medida lo que, junto a una mala gestión del cuerpo técnico vallisoletano por dar minutos a jugadoras menos habituales, se convertiría en una combinación peligrosa que las donostiarras supieron aprovechar para llegar a un ajustadísimo final de set (26-24).

El partido se había vuelto incómodo para las visitantes pues no encontraban un buen nivel de recepción, en parte, por el acierto en la faceta del servicio de las locales lo que produjo cierta impaciencia en las universitarias. Esto provocó que su juego fuera aún más errático. Así se llegaba con ventaja de las donostiarras a un electrónico de 15-8. El pundonor de las universitarias hacía que consiguieran tener opciones de llevarse los dos puntos, llegando a un ajustadísimo final de set, pero una acción fortuita de servicio, golpeando en la red y cayendo muerta la bola en su campo, hacía que se llegara al quinto y definitivo set.

Situación incómoda para las foráneas que, tras vencer los dos primeros sets con contundencia se encontraba, sin saber muy bien porqué, en una situación peligrosa a la que no estaban acostumbradas hasta el momento en esta liga; 2-2 y con el equipo local con los ánimos por las nubes desarrollando un buen nivel de juego. Así se presentaba la última manga; equilibrio al máximo hasta el cambio de campo (7-8) momento en el cual la joven central Ana Isabel con un servicio que, a priori no implicaba demasiada dificultad, provocó sendos errores en las locales consiguiendo una renta que a la postre sería definitiva (10-15).

Las universitarias no estuvieron cómodas en un partido en el que, al dar movilidad al banquillo, provocó que el juego de éstas se resintiera no consiguiendo ritmo y que las jugadoras no entraran en temperatura en un gélido pabellón que las locales supieron aprovechar casi al máximo.

Por parte de las universitarias cuesta destacar a alguna jugadora pero, dentro de la irregularidad colectiva, las centrales Ana Isabel Álvarez de Granada y Marita López tuvieron un buen nivel de juego. La opuesta Ester López fue de las más regulares con apenas errores no forzados. En la faceta receptora la jugadora Vicky López realizó un papel destacado dentro del bajo nivel del conjunto.