29-29: Lamariano abona al Cuatro Rayas al empate

Tres empates en siete días. Tres puntos para la colección del Cuatro Rayas que puede saber a mucho o a poco, dependiendo del paladar que los saboreé. El equipo vallisoletano parece haberse abonado a la práctica de repartir puntos. Ante el Cangas se repitió el guión de las tres últimas obras.

El juego de Cangas, ordenado y efectivo. Lento pero seguro, rozando el pasivo, adormeciendo el balón hasta encontrar el momento indicado para meter el diente a la portería de Lamariano. En estático o a la contra, los gallegos demostraron tener un juego de manos capaz de hacer daño a un Cuatro Rayas que tenía en Fernando Hernández su mejor antídoto (4-4). 

La presencia de Pousada engrandeció a un Cangas que comenzó a llevar el partido a su terreno (7-9). Lamariano, comenzó a aparecer para cerrar con llave su portería y dar alas a los extremos, que devolvieron la igualdad al marcador (9-9). 

Gota a gota, el marcador comenzó a teñirse de amarillo. Al Cangas se le estropeó el gatillo y el Cuatro Rayas cogió con miedo las riendas de un partido con poca continuidad en la que los gallegos comenzaron a coleccionar exclusiones (14-11).

Las esperanzas gallegas comenzaron a recaer en manos de Pousada, que se encargó de que el conjunto dirigido por Nacho González no cerrara el partido por la vía rápida. Entre él y Rosales se repartieron el balance goleador gallego. Cada golpe del Cangas era encajado y respondido por un Cuatro Rayas, que supo hacer buenas las superioridades para llegar al descanso tres goles arriba en el marcador (18-15).

La ventaja se esfumó en cuestión de cuatro minutos. Ese fue el tiempo que tardó Nacho González en darse cuenta de que el Cangas se había transformado en un fuerte viento que había puesto patas arriba al marcador (18-19). El técnico vallisoletano tiró de tiempo muerto para probar, en vano, a ponerle la zancadilla al conjunto pontevedrés. Faltó frescura en el ataque y sobraron espacios en defensa. El viento gallego se convirtió en un huracán que ocasiono grandes desperfectos en el Cuatro Rayas, al que le cayó sobre su cabeza un parcial de 1-8 (19-23).  

El equipo amarillo se colgó de los galones de Fernando Hernández, que intentó levantar un partido que querían tirar al suelo los árbitros del partido (23-25). Se retorció el Cuatro Rayas para no tocar la lona con la espalda. Porras, con un ejercicio de giro y ejecución, volvió a poner el combate en su punto de partida (27-27).

El Cuatro Rayas invocó al espíritu de Yeray Lamariano cuando el equipo más lo necesitaba. El conjunto cantó tres veces el nombre del eibarrés para que se manifestara en tres acciones salvadoras que evitan la derrota del conjunto vallisoletano (29-29), que continúa sumando puntos en Liga miguita a miguita. 

    

29.- CUATRO RAYAS VALLADOLID (18+11): Lamariano (p.), Porras (4), Lacasa (2), Fernando Hernández (6), Corzo (2), Alberto Camino (-) y Ávila (2) -Siete inicial- También jugaron: César Pérez (p.s.), Peciña (1), Megías (5), Isma Juárez (5, 3p.), Paco López (3), Bozovic (-).   

29.- FRIGORÍFICOS MORRAZO (15+14): Smild (p.), Moisés Simes (3), Pousada (5), Suso Soliño (1), Eijo (2), Cerqueira (2) y Rosales (3) -Siete inicial- También jugaron:Mijuskovic (p.s.), David Soliño (6, 2p.), Muratovic (3), Amarelle (-), Barreiro (2) e Iglesias (2).    

Parciales cada cinco minutos: 3-3, 5-6, 8-9, 11-11, 13-11, 18-15 - Descanso- 18-19, 19-23, 23-25, 25-26, 28-28, 29-29 - Final- 

Árbitros: García Serradilla y Marín Lorente (Federación Catalana). Excluyeron dos minutos a Bozovic (Min. 21), Porras (Min. 39), Peciña (Min.45), Megías (Min. 54) por parte del Cuatro Rayas y a Amarelle (Min. 19), Eijo (Min.22), Cerqueira (Min.24 y 42), Santi Gallego (Min. 26), Amarelle (Min. 52( por parte del Frigoríficos Morrazo. 

Incidencias: Partido perteneciente a la quinta jornada de la Liga Asobal celebrado en el Pabellón Huerta del Rey de Valladolid ante, aproximadamente, 1.800 espectadores. n los prolegómenos del partido se guardó un minuto de silencio en memoria del jugador de El Salvador, Pablo Martín, recientemente fallecido, y del entrenador Vicente Iborra.