Alberto Camino, posa con la elástica del Cuatro Rayas. FOTO: balonmanovalladolid.es
| Cuatro Rayas Valladolid
Alberto Camino se quita la espina
24 de Junio de 2013
Alberto Camino llegó a Aranda hace 12 años como un grumete y sale de su larga travesía por el Duero como un mariscal. Tras crecer de la mano de la tripulación del Villa de Aranda, el jugador vallisoletano se embarca en otra nave, en la del Cuatro Rayas Valladolid, donde entre golpe y golpe de timón tendrá tiempo de quitarse la espina de jugar en el club de su ciudad.
Se han dado la circunstancias para que el mediano de la saga de los Camino cumpla el sueño de vestir de amarillo en Huerta del Rey, una ilusión que albergaba desde que comenzara a dar sus primeros pasos en el colegio de La Enseñanza. "Este es el club en el que todos los niños de Valladolid quieren jugar. Después de un tiempo, esa espinita ha salido", reconoce el nuevo fichaje del Cuatro Rayas.
Camino da un golpe de timón a su vida, apostando por consolidarse con el proyecto de Nacho González, con el que se ha comprometido por un año. Detrás deja muchos y buenos recuerdos en Aranda, donde el dorsal 18 será retirado en honor al jugador: "Han sido doce años maravillosos. Hemos ido creciendo de la mano y la despedida fue muy emotiva". Pero no sólo deja recuerdos en el equipo ribereño, también a un hermano, Diego, del que también habló Alberto: "A mi hermano le da mucha pena, pero está encantado, porque sabe que es una decisión muy meditada y, una vez tomada, sabe que vengo con mucha ilusión".
El ex del Villa de Aranda reconoce que se han dado "las circunstancias favorables" para desembarcar en Valladolid; una decisión difícil de tomar en la que el factor personal ha tenido mucho peso: "No es un tema económico, sino por circunstancias personales y porque creo que aquí se están haciendo bien las cosas, con un proyecto para los próximos años", reconoce.
Uno de los aspectos que más ilusionan a Alberto Camino es la mezcla de veteranía, juventud y ADN vallisoletano con el que arrancará el Año Cero de la era de Nacho González: "La gente veterana da ese poso, la joven esa energía que hace que el equipo vaya con una ilusión tremenda, y ese carácter vallisoletano, de cara a la ciudad y a la afición, es muy positivo", estima.
Las exigencias del guión han hecho evolucionar al jugador desde el central hasta poder desempeñar cualquier posición "menos pivote y portero". Alberto Camino es, estratégicamente hablando, un camaleón que se ha convertido en una pieza universal para los planos de su entrenador. Un rol abierto que el vallisoletano riega con su faceta más solidaria sobre el parqué: "Puedo aportar mucho trabajo. Soy un jugador muy de equipo que respondo a las exigencias del entrenador en todo lo que puedo. No miro por mí mismo, sino por el beneficio grupal", se autodefine el jugador.
El carácter cooperativo de Camino le convierten en una interesante arma para afrontar el asalto a la permanencia, el principal objetivo del equipo, según el jugador: "La meta, inicialmente es la permanencia. Creo que hay diez o doce equipos muy igualados que tenemos que mirar como objetivo inicial mantener esa categoría, luego veremos si se puede aspirar a más", asegura el universal, que vuelve a casa más maduro y con las ideas muy claras.