|  Segunda División

Arroyo se queda de nuevo sin el ascenso

30 de Mayo de 2013

El Balonmano Arroyo, capitaneado por Alfonso Mayo y dirigido por Manolón debido a la ausencia de Jaime Delgado (Jimmy), se plantó en el primer choque contra un Balonmano Torrevieja con más ilusión y corazón que con físico y efectivos. El equipo llegó a esta fase con la importante baja de Miguel Blanco que, con una rotura fibrilar en el bíceps femoral, dejó coja la primera línea arroyana.

Los primeros compases del partido fueron favorables a los intereses del equipo de La Flecha, llegando en un primer parcial de 2-1. A partir de ese momento, Torrevieja se hizo dueño y señor del partido, llevando en muchos momentos a los arroyanos a la desesperación, provocando fallos en el ataque. Durante toda la primera parte los equipos fueron haciendo la goma en el resultado, llevando pequeñas ventajas en el marcador. Así, el electrónico reflejaba una suave ventaja al descanso favorable a los valencianos de un 10-14.

La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros que finalizó la primera. Una ventaja corta entre los dos equipos, haciendo un intercambio de goles en el tanteador, hasta el minuto 45 que se alcanzó la renta máxima de 9 goles con el 15-24. El Bm Arroyo tuvo una reacción de coraje llegando a un nivel tanto defensivo como ofensivo, digno de los mejores equipos, que les llevó a recuperar la desventaja pero no fue suficiente para ganar el partido, finalizando el encuentro con el 27-32 final.

En la mañana del domingo el equipo llegaba a su última batalla de la temporada, con los cuerpos marcados por el cansancio del día anterior, tras un largo viaje y un duro encuentro, pero con ilusión de saborear una victoria contra los anfitriones. En este partido ninguno de los dos equipos se jugaba ya nada, pero los locales del Balonmano Montequinto no darían sus brazos a torcer ya que jugaban ante su publico y su deber era ofrecerles un buen encuentro.

El encuentro comenzó siendo un duelo muy igualado, en el que ninguna de las dos escuadras lograba apenas diferencias en el marcador siendo los parciales siempre empatados (4-4, 6-6)  o variaciones de un par de goles (9-7). El equipo castellano-leones no terminó de jugar fino en los primeros compases, sobre todo en el ataque, lo cual no le permitía despegarse en el marcador. Pequeñas variaciones hicieron que la efectividad ofensiva subiera un pequeño escalón, pero las perdidas de balón y las fuertes escapadas del conjunto de orillas del Guadalquivir producían que el marcador solo variara en los últimos 5 minutos de la primera parte, llegando a alcanzar la mayor renta del choque, un 18-13 a favor local.

El comienzo de la segunda mitad marcó un punto de inflexión para el equipo dirigido por Manolón, llevando a cabo un primer parcial de 1-4 (19-17), que los volvía a meter en la lucha del partido. Esta actitud de coraje se hizo realmente visible cuando allá por el minuto 40 en el electrónico se marcaba el empate (22-22), victimas del esfuerzo realizado y la ausencia de efectivos de primera línea. Pese a la gran aportación de Roger Grossi, obligado a retomar la posición de primera línea, el equipo sevillano volvió a despegarse del marcador repitiendo la máxima renta cosechada en el descanso con un palpable 31-26. En este momento el Bm Arroyo, tirando más de garra y corazón que de fuerzas, como un equipo ganador y luchador que es, subió un puntito e intentó lograr en los últimos y definitivos compases del partido una épica remontada que no se pudo materializar aún con la entrega de la que dieron demostración, al final el partido finalizó con el 38-35.