Raquel, manteada por sus compañeras. FOTOS: Mariano González
| Ascenso del Aula Cultural
Palabra de campeonas
12 de Mayo de 2013
"Somos una familia". Así explica la capitana del Aula Cultural, Raquel Engelmo, la clave del éxito del nuevo equipo de División de Honor. Un motivo más para que los vallisoletanos se sientan orgullosos del deporte que crece en su tierra. Toda una vida ligada al club de su barrio hace que la alegría de Raquel esté un pasito por encima de la del resto de sus compañeras: "Llegar con tu club de toda la vida parecía impensable, y lo hemos conseguido", celebra.
Una vida en el Aula, una vida en el balonmano, como la que han pasado otras dos de las chicas de la casa. Teresa y Cris, cerebro y carácter de la mina de oro puro que pica Miguel Ángel Peñas. Cris Cifuentes, que comenzó a los seis años en la cantera de La Salle, lleva "desde pequeñita deseando llegar a lo más alto, y ahora lo hemos conseguido", después de llegar en esta ocasión con la lección bien aprendida tras la experiencia de la última fase de ascenso. "El año pasado veníamos de novatas. Teníamos asumido que teníamos que subir sí o sí", declara Cris, que no pone techo a este equipo: "El año que viene vamos a por la Copa de la Reina y a por lo que sea", asegura.
Teresa Álvarez, el faro del Aula Cultural, reconoce que "Ni en los mejores sueños" hubiera podido pensar en ser jugadora de División de Honor. Ocho años defendiendo el escudo del equipo de Pajarillos dan para mucho, entre otras cosas, para ver cómo se ha ido "enganchando a la gente", llenando un Miriam Blasco que es su casa y que no la cambian ni por el mejor palacio de Europa.
El gol del Aula, tiene nombre y dos apellidos: Amaia González de Garibay. Un estilete en el extremo que se ha ganado a pulso la llamada de la selección. Sin apenas tiempo de recuperarse del intenso playoff, viajará a Guadalajara el lunes para unirse a la expedición española que jugará el Preeuropeo en Croacia. Amaia reconoce que aún no ha asimilado cómo será ser jugadora de División de Honor, lo que sí que sabe es que el de Málaga ha sido "el partido que más he sufrido, con diferencia".
De las que llevan toda la vida viviéndolo a las recién llegadas que ya saben lo que es formar parte de la familia del Aula. Lulu Guerra y Celia aterrizaron en Valladolid para besar el santo. En una temporada han ayudado a conseguir "Lo más grande", como define la guardameta canaria el ascenso del Aula. "Yo he venido aquí a aportar un granito de arena, pero la montaña estaba ya hecha", asegura Lulu, que tampoco pone límites al equipo vallisoletano: "Más arriba no se puede subir, porque sino creo que también llegaríamos".
Hay jugadoras que están hechas de la pasta con la que crean las jugadoras de élite. Ese es el caso de Celia, que llegó a Valladolid desde su Elda natal, rechazando otras ofertas, apostando por la ilusión de un equipo de barrio que desde hoy se codea con las gigantes del balonmano femenino nacional : "Este equipo es muy conocido y sabía que iba a llegar lejos", asegura la lateral que agradece a la afición la aportación que ha hecho desde la grada: "Sin su ayuda no hubiéramos conseguido ni la mitad", afirma.
Miguel Ángel Peñas: "Dedico este triunfo a Miguel Ángel de Andrés"
En medio de la celebración, el técnico del Aula Cultural, Miguel Ángel Peñas, quiso dedicar el premio al trabajo duro de muchos años a Miguel Ángel Andrés, un hombre de la casa ligado a las categorías inferiores de Aula Cultural, fallecido en septiembre del 2009: "Quería dedicar este triunfo a Miguel Ángel Andrés, que es una parte importantísima de este triunfo". Un sentido homenaje en un momento de gloria en el que "llevamos toda la temporada pensando, y conseguirlo de esta forma es extraordinario", celebra.