CVE, al detalle (Parte II)
Para el presidente del Club, Moncho Alarcia, los objetivos deportivos no cambian, con las chicas sobre todo. "Hay una sopresa, Macarena Centenera estudia en Madrid, va a entrenar con el entrenador nacional de chicos y, aunque sigue perteneciendo al club, va a entrenar a otro nivel distinto. Considero que va a ser una afortunada y el estar también con chicos le va a dar muchísimo más nivel".
Y si Macarena es la cara, la cruz es Dora Kiskapusi. "El problema de Dora es que se aburre. Llega un momento en que ganas, ganas y ganas en competiciones nacionales y pierdes la motivación". Una posible solución sería que formara parte del equipo nacional pero para eso necesita su nacionalización. "Lleva 4 años seguidos aquí pero necesita 8. Se iniciaron los trámites pero tras los Juegos se ha parado todo. Ahora no se mueve ni un papel otros casos de deportistas extranjeros que se han visto implicados en asunstos de dopaje de atletismo o el caso del húngaro en el balonmano". Lo llamativo es que Dora tampoco puede competir a nivel internacional porque Hungría no la inscribe. "Este año le han pedido que volviera, pero ella ha dicho que no, que tiene su vida aquí, y quiere intentar hacer algo con España". Un presidente sonríe cuando se le pregunta sobre otra posible solución. "Casarse", responde, aunque más en serio reitera que "al final se conseguirá, pero si pasa mucho tiempo, te arriesgas a que tire la toalla".
En cuanto a los chicos, en el alto nivel está Marcos García. "Si hubiera podido irse a Madrid por sus propios medios, estaría en el equipo nacional, pero ya no hay becas en la Residencia Blume". Él está dentro de ese grupo de 'futuribles', ya que tiene 22 años y hace 4º de Ingeniería. "Es una máquina, pero aquí se le queda corto porque necesita hacer trabajo específico. Vamos a ver si conseguimos meternos ahí. Es 5º de España. Hay que estar ahí llamando a la puerta, para cuando se abra, te cuelas, pero si dejas de llamar, y abren, no estés mirando a otro lado", afirma.
Con todo, el presidente vallisoletano es claro a la hora de valorar el momento de su deporte. "Pasamos de una medalla de bronce en los Juegos de Pekín a no meter nada. No hay programas, no hay estructura planificada desde abajo hasta arriba, son todo impulsos. La política es errónea. El bronce no es que fuera un accidente, porque Pirri hizo 2 medallas mundiales e iba francamente bien, pero se dio una conjunción de estrellas". Y es que si en 2008 había 2.800.000 de presupuesto, para 2013 es posible que no se llegue ni a 900.000 euros. Un problema que para él no es exclusivo de la esgrima. "Tiene que ver con la cultura del país y la política deportiva. En Europa se invierte muchísimo más dinero". Por eso, tiene muy clara cuál sería una posible solución a corto plazo. "Ley de Mecenazgo es el único camino".
Eso sí, Moncho Alarcía no pierde la ilusión y, tras la celebración de la competición de Espada femenina en Valladolid, ya piensa en próximos objetivos. "La temporada que más hemos organizado han sido 6 pruebas, pero claro eso ahora es inviable. Donde mejor se organizan es en Valladolid, sin ningún género de duda", dice orgulloso. Por eso, repetirán la prueba de Caballeria para chicos y una para pequeños en 2013. "Nos gusta hacerlas porque se mueven muchos chavales, padres y aficionados, y porque nos evita movilizar a nosotros a los chichos pequeños". La de Caballería está garantizada para finales de abril y la infantil será una semana antes.