Los representantes del club respondieron a las preguntas de los socios. FOTO: Photogenic
Los representantes del club respondieron a las preguntas de los socios. FOTO: Photogenic
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 |  Cuatro Rayas Valladolid

A los socios les salen las cuentas

16 de Julio de 2012
Escrito por
Guillermo Sanz

Dionisio Miguel Recio saltaba al ruedo ante el miura de 120 kilos, uno por cada socio asistente a la Asamblea celebrada en el salón de actos de Caja Mar. Lo hizo bien escoltado por sus espadas de confianza: Javier Martínez, secretario del club; David Mato, vicepresidente; Eduardo Toquero, gerente; y Raúl Torres, también gerente.

No fue mala corrida, ni mucho menos, para el máximo mandatario del Balonmano Valladolid. Las cuentas les salían a los socios del club, y el presidente sólo obtuvo un voto en contra a su presentación de las cuentas de la nueva temporada (más nueve abstenciones) y ninguno con respecto a la campaña recién acabada. No es mal bagaje para haber cerrado el curso con un déficit de 100.000 euros, que se suman a una deuda que ya roza el millón de euros. El socio del Cuatro Rayas, juez y jurado en esta vista, mostró ser comprensivo con el equipo al que ama.

Eso sí, la comprensión no rascó la curiosidad que picaba a varios socios con respecto a varios temas que circundan la realidad del club amarillo. La mayoría de las dudas giraban en torno a la inversión económica del club y a la planificación deportiva.

Uno de los socios quiso saber por qué motivo 400.000 euros caminaban anualmente en dirección a las cuentas corrientes de tres miembros de la plantilla (Sierra, Perales y Pastor). Para él, era inviable mantener esos sueldos cuando el resto del plantel ceñía sus contratos a la economía de guerra marcada por la crisis, a lo que el Dionisio Miguel Recio respondió asegurando que esos contratos se cerraron en tiempos de bonanza económica en los que el club los podría sostener. No obstante, el socio quedaría “aliviado” un poco más tarde cuando el presidente aseguró que Sierra estaba cerca de abandonar la disciplina amarilla, camino del Paris Handball. Pese a que varios medios de comunicación franceses aseguraban que el onubense ya había firmado un contrato por dos años con el equipo de la ciudad del Sena, el dirigente aseguró que aún no habían llegado a un acuerdo, pero que estaban negociando la cláusula con el representante del jugador. Con el traspaso de Sierra el club se ahorraría “una ficha muy alta y percibiría una cantidad muy importante para nosotros” (cercana a los 120.000 euros), como expresó.

Otro jugador que podría dejar dinero en caja sería Rambo. Elverum, Cuatro Rayas y el propio jugador están tratando las condiciones para cerrar su pase al Dunquerke, que ya ha ofrecido al club vallisoletano una cantidad de 25.000 euros. Una cifra insuficiente para Dionsio Miguel Recio, que ha puesto una contraoferta sobre la mesa gala de 50.000 euros. Toda inyección económica es buena y necesaria cuando aún quedan de fichar un portero que supla a Sierra y un universal. Es tal la economía de guerra que llevará a cabo el club amarillo que Eduardo Izquierdo, segundo de Pastor, no tendrá sustituto en el banquillo de Huerta del Rey.

Más salidas recordadas fueron las de Ávila y Asier Antonio. Los dos veteranos jugadores no respondieron a sus respectivas ofertas de renovación, según el presidente. “La última oferta que yo, personalmente le hice a Ávila en Arroyo, en Gala del Deporte, y no me hizo ni caso, y a Asier Antonio se le hicieron dos ofertas. Una como la de Ávila, y otra, sabiendo lo de Ávila, bastante más alta. No ha contestado. No podemos estar esperando al último tranvía”. La salida de dos leyendas vivas del balonmano en Valladolid irritó a alguno de los socios, como es el caso del número 1, José Carlos Muñoz. “Hay valores que tenemos que mantener y, ahora mismo, aunque haya una situación distinta, no entra en la cabeza que un hombre como Ávila pueda terminar, de alguna forma mal. Hay jugadores y personas que se merecen un respeto”, manifestó José Carlos.

La última embestida para la que Dionisio tuvo que sacar el capote, se encaminó hacia la cantera. Uno de los socios criticaba la manera en la que en los años de vacas gordas el club había olvidado a la cantera, fichando fuera y sin dar oportunidad a los de casa. Ahora, la base es la que va a calcificar el esqueleto del nuevo Cuatro Rayas. Falta leche para que los huesos sean fuertes, y eso es un pecado, que el presidente confiesa a pecho descubierto: “Tomo la responsabilidad de no haber fomentado la cantera”, aunque, en su defensa, recuerda que en sus años de mandato se han financiado equipos como el del colegio de El Carmen.

Una vez resueltas todas las dudas, Dionisio Miguel Recio volvió a su casa, a salvo, con las espaldas reforzadas y consciente de que mantiene el respaldo de unos socios que llueva o haga sol, seguirán apoyando la causa del Cuatro Rayas.