La ilusión del socio 135
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Eso debió pensar el socio 135 del Cuatro Rayas, César Arribas, que, carné en mano, se personó a primera hora en las oficinas de Huerta del Rey para renovar su fidelidad con el club de sus amores una temporada más. Además, aprovechó el viaje para renovar también el abono de dos familiares.
El periodo de renovaciones y altas nuevas, que durará hasta el 15 de julio, ha comenzado en plena ebullición. Da igual que la crisis deje al equipo bajo mínimos, o que la precaria situación económica por la que atraviesa el club le pueda cerrar las puertas de Europa. La comunión entre grada y equipo es irrompible. En la salud y en la enfermedad, como en el matrimonio. Para que los lazos entre afición y club sean más fuertes, la directiva ha apostado por unos precios anticrisis, con unas cuantías que oscilan entre los 105 las más caras y los 25 (infantil) la más económica. Además de descuentos supletorios para todos aquellos que sumen un amigo a la gran familia amarilla. Un plan de colecta de socios que está dando sus frutos, como se asegura desde el club vallisoletano que, en la mañana de ayer viernes, vieron cómo el número de abonados en el primer día de la campaña era netamente superior a la de la temporada pasada. Unos datos ilusionantes que comenzaron a escribirse con la llegada del socio 135 a las oficinas del club.
Todos los madrugadores que renovaron sus votos con el Cuatro Rayas se llevaron un pack de regalos, por cortesía de los patrocinadores del club. César fue el primero en marcharse a casa con un vale canjeable por un regalo en las oficinas de Postquam y una botella de vino blanco Dolce Bianco, de las bodegas de Cuatro Rayas, para brindar por los futuros éxitos del Balonmano Valladolid.
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