Un duelo descafeinado
Cuando la temporada toca a su fin sin muchos frentes abiertos en los que luchar, es difícil encontrar el atractivo en un partido con silueta de supermodelo en otro momento del año. Sin grúa que les mueva de sus puestos van a afrontar el Cuatro Rayas Valladolid y el Caja 3 Aragón la penúltima jornada de la Liga Asobal. Los vallisoletanos han echado raíces en la cuarta plaza y sólo una debacle podría privar a los aragoneses de acabar el año en la quinta posición.
Sobre este lienzo se verán las caras Pastor y Mariano Ortega en sábado (19.00 horas) en el Príncipe Felipe. Ambos se compartirán un café descafeinado y medirán la envergadura de sus espadas, sólo por honor, quitando así emoción a un encuentro que de haberse ubicado en otro punto del calendario sería un duelo a pecho descubierto. Las jornadas están como están y el calendario es así de caprichoso. Unos años te toca mejor y otros peor, asegura el técnico vallisoletano.
Que ya no queden objetivos por los que luchar no es razón para que el equipo se cruce de brazos y espere, mirando al sol, el inicio de las vacaciones. Nosotros tenemos grandes profesionales y vamos a competir hasta el final, declara Pastor. Eso sí, los dos partidos que quedan antes de acabar el curso serán un campo de prácticas perfecto para trabajar con los jugadores que menos han contado en los planes del entrenador y que pueden continuar en la plantilla la próxima temporada: Vamos a dar oportunidad a otra gente mañana. Intentaremos trabajar más con los futuribles, aunque aseguró que hasta que no termine el último entrenamiento, seguirá trabajando con la misma rectitud con todos los jugadores, sigan o no en la disciplina amarilla: Yo voy a seguir corrigiendo a los que se van, porque mi labor como entrenador es ser profesional.
Tan fuerte es la intención de Pastor de ganar todos los puntos que quedan, que no quiere que nada pueda desconcentrar a sus jugadores, hasta el punto de negar a Sylvain Nouet, mano derecha de Claude Onesta en el banquillo de la selección francesa, acudir a tres entrenamientos del Cuatro Rayas: Le hemos dicho al segundo de la selección francesa que no venga. Ha pedido venir a ver tres días de entrenamiento y les hemos dicho que no, porque no quiero suspicacias, asegura Pastor.
El técnico valllisoletano se reafirma en lo agradable que ha sido la sorpresa de asegurar la cuarta plaza con cuatro puntos todavía por jugarse. Hemos estado muy por encima de la clasificación y de los puntos. Esperábamos estar más juntos al final para luchar por esa cuarta posición, pero es un buen equipo. Es sábado tocará demostrar sobre las tablas del Príncipe Felipe que la superioridad del Cuatro Rayas no se limita sólo a la clasificación, sino también al juego. Y todo eso, con el honor encima de la mesa de apuestas.
Krivokapic: Nos jugamos el prestigio
Yo no diría que no nos jugamos nada. Nos jugamos algo, el prestigio. Tenemos que demostrar que somos mejores que ellos. Con estas palabras, Marko Krivokapic renuncia a soltar el pico y la pala mientras haya trabajo entre las manos.
El balcánico se motiva pensando en la buena imagen dado por el equipo en sus visitas a la capital aragonesa. En los cuatro años que llevo aquí estamos haciendo buenos partidos en Zaragoza, asegura, mientras busca energías en la grada y en el vestuario: Se lo debemos a nuestros aficionados y a nosotros mismos, declara.
Krivokapic destaca el poder del grupo de su próximo rival y el plus de fuerza que reciben cuando juegan en su feudo: Son un equipo que en casa son muy fuertes. Tienen un siete inicial bueno y un entrenador que está haciendo un buen trabajo, pero más que en lo individual, yo destacaría el grupo que tienen, afirma.
El serbio asegura que, pese a que el cansancio empieza a notarse en las piernas a estas alturas del año, aún queda cuerda para rendir con solvencia los dos encuentros que restan: Físicamente estamos castigados, por para los partidos que quedan no se va a notar. Dos partidos, dos horas de juego para cerrar una temporada que Krivokapic define como fenomenal, por todo lo que nos ha venido en contra.