Juan Carlos Granado y el desafío conseguido
No era la primera vez que el técnico vallisoletano acudía la Gran Manzana, pero sí la primera en la que no participaba sino que se preocupaba de cinco atletas a los que había preparado desde el pasado verano. "El desafío Runners-Gatorade sorteaba diez puestos para atletas populares que quisieran disputar la Maratón de Nueva York. Desde el mes de julio salieron esos premiados y yo me encargué de la mitad de ellos, para darles unas pautas de trabajo. El objetivo era acabar y en algunos casos incluso mejorando marca".
Una misión diferente, en la que Granado cree que "todos han quedado contentos" y donde él ha podido vivir una de las pruebas más míticas del calendario internacional de una manera diferente. "Hace dos años estuve y la diferencia fundamental es el sufrimiento, ya que en aquella ocasión los últimos seis kilómetros por Central Park se me hicieron realmente duros. Ahora pude estar siguiendo la prueba e incluso correr algunos momentos con los atletas y lo que más te impresiona es como animan a todo el mundo, sin distinción de la posición que ocupas".
Además, en esta ocasión no había esa tensión propia de los atletas de elite. "La mayoría se estrenaba en una maratón, después de una experiencia de dos años corriendo. Por eso, lo viven con más ilusión que los profesionales y cualquier consejo que les das les parece super interesante. Son super agradecidos y también fue un aliciente personal".
Para muchos Nueva York es la 'Meca' de las pruebas populares, una opinión que comparte Juan Carlos Granado. "Cuidan hasta el último detalle y la ciudad se vuelca con los participantes. Tiene el pequeño inconveniente de la salida, ya que te tienen esperando tres horas y si hace frio se hace dura la espera, aunque te cuidan con comida y bebida". Pese a ello, el vallisoletano reitera que "la gente te lleva en volandas y te hace sentir protagonista. Es tu carrera. Incluso hay sitio donde te invitan a alguna cerveza o te hacen descuento en alguna tienda".
En esta ocasión fueron más de 45.000 las personas que tomaron parte y lo curioso del caso es que, en medio de toda esta vorágine, Juan Carlos se encontró con otro vallisoletano. "Yo iba hacia el hotel pero vi un chandall naranja caracteristico del equipo de Parquesol y le pregunté. Me dijo que estaba encantado porque era su primera vez y le había cambiado su visión de este tipo de pruebas". Dos vallisoletanos felices por haber conseguido sus respectivos objetivos en la maratón más importante del mundo.