Dos décadas de ilusiones
Han sido casi nueve meses. De brazadas y correcciones, en el caso de los más avanzados. De paseos acuáticos si se observa a los recién incorporados. De gorro y piscina, en definitiva. Fecledmi (Federación Polideportiva de Discapacitados de Castilla y León) y la Fundación Municipal de Deportes clausuran la temporada 2010-2011 de la Escuela de Natación para niños con dificultades motóricas.
La actividad, que coincide en el tiempo con el curso lectivo, cuenta con tres decenas de alumnos de edades comprendidas entre los 3 y los 17 años. Tres decenas de jóvenes nadadores que irrumpen en la piscina con la premisa de mejorar su día a día. A través de un programa adaptado a las condiciones especiales de estos niños, los motóricos realizan ejercicios en la piscina para mejorar sus habilidades motrices. «Buscamos que el alumno se sirva de las actividades planteadas para mejorar o mantener sus movimientos dentro y fuera del agua», explica Javier Alonso, responsable del programa en la Piscina del barrio de La Victoria.
La Escuela se desarrolla durante cuatro días a la semana de lunes a jueves- y cuenta con cuatro grupos diferentes. «Ajustamos las clases y los grupos en función de la habilidad del alumno», analiza Alonso que confiesa que el programa cuenta con lista de espera desde hace años.
El Centro de Natación para niños con dificultades motóricas cumple la próxima temporada 20 años en Valladolid. Fue en 1991 cuando el Ayuntamiento de Valladolid puso en marcha un programa vanguardista destinado a mejorar la calidad de vida de niños con problemas físicos. Desde entonces son cientos los alumnos que han beneficiado del programa.
Son varios los que han pasado de La Victoria al Centro de Tecnificación de Río Esgueva, dadas sus cualidades. Es el ejemplo de las hermanas Martín García, que se iniciaron en la natación para potenciar sus habilidades motoras y han terminado por ser un referente para el deporte adaptado. De hecho, son varios los nadadores de este curso los que esta temporada han participado ya en campeonatos de índole provincial o regional. «Queremos que, poco a poco, se vayan integrando en el sistema de competición. Es también una buena forma de que los alumnos se socialicen y se mejoren de forma progresiva», termina Alonso.
Referentes de un programa que mejora año a año y que, pese a la crisis, extiende su servicio a tres decenas de niños que encuentran en el agua la forma de hacer deporte y hacer vida.