Intercambio de papeles
¿Se imaginan la escena? La competición de Juegos Escolares que organiza la Diputación Provincial de Valladolid. Los padres, en teoría público asistente, compitiendo en la cancha de juego. Los niños, en principio participantes, en la tribuna animando a los suyos. Tenis de mesa, ajedrez, bádminton y atletismo (esta última es novedad con respecto al año anterior) forman parte de esta actividad denominada Jugando como niños. Si uno viviese en el mundo irreal, pensaría en los niños en la grada teniendo un comportamiento ejemplar, no discutiendo ninguna acción, ni reglamento, ni arbitraje, dejando a los suyos divertirse, solo eso, y si se gana por añadidura, mejor que mejor, pero si no, no pasa nada.
¿O quizá no es tan irreal? Y los padres. Los padres, viviendo una competición desde dentro, dándose cuenta y percibiendo lo difícil que es algunas veces para sus vástagos esa presión excesiva soportada. Hay que ganar y ganar, escuchan. A lo mejor es este intercambio de papeles bueno para cumplir esos objetivos.
Y es que la propia Diputación pretende que los padres y las madres sean capaces de implicarse en la práctica deportiva de sus hijos para mejorar y conseguir que este deporte sea trabajado de manera educativa e integral al objeto de mejorar la autoconfianza de sus hijos. Una manera excelente de que todos en conjunto ocupen ratos de ocio practicando el mismo deporte, se interrelacionen, escuchen y entiendan, además de comprobar y conducir por el buen camino los valores del deporte y el esfuerzo por encima de otras actitudes equivocadas como sobrevalorar el triunfo o la frustración. Porque ¿qué es una victoria? y ¿qué es una derrota?
Éstas han sido las metas perseguidas desde que se puso en práctica la actividad. Cuando lo comentas con los padres, lo primero que dicen es ¿por qué no se les ocurrió antes?. A los hijos también les parece estupendo que sus padres hagan deporte y si es con ellos, mejor, así pasamos la mañana juntos, señalan.
Y siendo fieles a lo manifestado no destacaremos en estas líneas a los campeones o primeros clasificados que, a buen seguro, recogerán el trofeo a final de competición, y, sí por una vez, a los que ocupan el último puesto que también cumplen con ese objetivo educador.
En ajedrez, y tras cuatro rondas disputadas, es Antonio Hurtado, de Íscar, quien ostenta el farolillo rojo acompañado de Carlos González, de Medina del Campo. 15 son los participantes en esta modalidad que organizará la quinta jornada y última, el 26 de abril en Portillo. Por su parte, 28 participantes forman parte de la competición de atletismo que vienen haciendo Campo a través, Jugando al atletismo y Pista al aire libre, las mismas pruebas que sus hijos.
17 son los padres y madres que compiten en bádminton. Una clasificación para la que quedan dos jornadas que se desarrollarán en Tordesillas, el 27 de abril, y en Medina del Campo, el 25 de mayo. Hasta la fecha, Raúl Sánchez es el padre que menos puntos ha cosechado y en lado de las madres, Amparo Martín y Sonia González, de Geria.
El mismo número, 17 son los inscritos en tenis de mesa, en su totalidad casi de Tudela de Duero y Medina del Campo. Mónica González (de Tudela) figura en su casillero con cero victorias.
Todos éstos, también los que ganan obviamente, son los ejemplos a seguir. Participan, juegan y se divierten. Sin más, en este deporte de convivencia. ¿Se imaginan por una vez que se pudiera trasladar esta manera de pensar al deporte de categorías inferiores, de los más pequeños? Porque ¿qué es ganar y perder? ¿Es esto realmente lo más importante? Padres. Madres, y, por extensión hijos. A pensar.