Urge sorpresa

El balonmano vuelve a la catedral vallisoletana. Huerta del Rey vuelve a abrir sus puertas este fin de semana para que el Cuatro Rayas ponga en escena un órdago a la grande que permita salir de los puestos de descenso. 

El sábado (20.00 horas) el conjunto vallisoletano quiere volver a pisar el parqué de su casa con el mismo espíritu con el que lo hizo el último partido del pasado año, en el que los pupilos de Nacho González insuflaron una bombona de oxígeno ganando a León. "Ese es el camino que tenemos que seguir en casa. Mucho trabajar, mucho corazón y hacer las cosas muy bien, sobre todo ante Granollers", asegura el técnico pucelano. 

El equipo catalán desembarca en Huerta del Rey con las credenciales plastificadas para que nadie se las manche. Afianzados en la segunda posición de la Liga, el Granollers se mueve bajo los hilos de Matias Schulz, un seguro bajo palos, y Álvaro Ruiz; ambos cuentan con una primera línea de cañoneros y un contraataque vertiginoso, "como buen equipo catalán". 

El Granollers es una bomba de relojería que Nacho González quiere desactivar aplicando los principios de los que su equipo hace gala en los partidos preparatorios: "Debemos tener en partidos oficiales ese punto que tenemos en los amistosos y en los entrenamientos", asegura. Da igual el tamaño del toro que toque cada semana, en el coso pucelano "hay que sacar puntos cuanto antes", para sacar la cabeza de la zona caliente de la clasificación y para dar una alegría a la parroquia vallisoletana, a la que el entrenador del Cuatro Rayas invoca para la cita del sábado: "Dan ese extra de motivación que necesitamos para sacar algo positivo". 

Para empezar a sumar en la segunda vuelta, tras la derrota en Puente Genil, el equipo volverá a estar en las espaldas de jugadores como Fernando Hernández y Guillermo Corzo. Los veteranos deben marcar el camino a los más jóvenes, que tienen que hacer un curso acelerado de adaptación a la máxima categoría para ayudar al Cuatro Rayas a conseguir la permanencia: "Es un tema de presión y de edad que lo soluciona el tiempo; el problema es que no tenemos tiempo. Tienen que jugar minutos de competición cuando no están todo lo preparados que deberían", asegura.