La afición se desplazó hasta Aranda para animar a su equipo. FOTO: valladoliddeporte
| Villa de Aranda-Cuatro Rayas Valladolid
Resurgió el submarino amarillo
2 de Febrero de 2013
El Cuatro Rayas puede presumir, como el Liverpool, de no caminar solo. Al menos, en esta ocasión. Una buena representación del graderío de Huerta del Rey se montó en la caravana de la ilusión para apoyar al equipo y estrechar lazos con la afición vecina.
Más de doscientas personas se encargaron de lucir en el Principe de Asturias la casaca del Balonmano Valladolid. Sus gritos regalaron el oído de los jugadores que sintieron sobre su piel la manta lanzada desde la grada por su público.
De las aguas del Duero reflotó un submarino amarillo que, aunque no pudo hacerlo con victoria, mostró la cara mas amable del balonmano. Sesenta minutos de ánimos incondicionales que mañana tendrán una garganta irritada. Es la resaca de la fiesta del deporte.
Tras el partido, las aficiones de Aranda de Duero y del Cuatro Rayas dieron una lección de deportividad. Ambos graderíos intercambiaron cánticos de ánimo a sus rivales. El Pucela Pucela resonó en el Pabellón Príncipe de Asturias, saliendo de unas gargantas que no son habituales. El submarino amarillo correspondió brindando su apoyo al rival.
La guinda la pusieron los jugadores. El equipo de casa dedicó una ronda de aplausos a la afición vallisoletana que dejó el mejor sabor de boca de la tarde entre los tripulantes del submarino amarillo.