'Polémica' derrota
Ni la polémica decisión arbitral, ni la intimadora presencia del presidente en la grada, ni el hecho de jugar con siete jugadores "o menos" durante todo el partido evitaron que un año más la prensa estuviera a la altura del partido que estaba en juego, y plantara cara a unos miembros del Balonmano Valladolid que esta vez tiraron de cantera y juventud, dejando fuera a los míticos Pastor, Izquierdo y compañia, para llevarse el duelo por un ajustado 25-22.
La presencia de sólo siete jugadores entre los plumillas, reducidos incluso a menos en la segunda parte por cuestiones laborales, no mermó la ilusión de un conjunto que supo aguantar el tirón y llegar al descanso con un esperanzador empate a ocho. Incluso, la "entendidos en la materia" demostraron que no siempre las novedosas técnicas de Pastor funcionan, y el famoso portero-jugador del técnico vallisoletano se intentó copiar en esta ocasión sin mayor fortuna que el encajar un gol de campo a campo, gracias al brazo 'poderoso' de uno de los extremos rivales.
Un duelo que nos dejó ver que a Angel Romero, lleve quien lleve su camiseta morada, le siguen agarrando en el centro de la defensa mientras los árbitros miran para otro lado. Que Sierra se merece estar en la selección, aunque su vestimenta sea defendida en esta ocasión por Manolo Centeno, o que un Patrick Eliert de la cantera amarilla sólo necesita "minutos" para ser "feliz".
Mención aparte merece el dúo arbitral, reducido a uno por cuestiones de organización. Muy riguroso con los 'inocentes' jugadores de la comunicación y permisivo hasta la saciedad con los chicos de la cantera vallisoletana, que demostraron que se saben todos y cada uno de los 'trucos' de los más mayores.
En esta crónica totalmente "imparcial y objetiva" no diremos nada malo del 'fisio' del Club -no vaya a ser que en algún momento necesitemos de sus servicios-, o del gerente de la bodega Cuatro Rayas, quien después nos invitó a un buen blanco y un espumoso de la tierra y que, sólo por eso, se ganó el respeto de los presentes a pesar del "roto" que nos hizo en el centro de la defensa.