Pastor: "No estemos eufóricos todavía"

Escribía Antonio Machado que el camino al andar, lo mismo cantaba Serrat, y lo mismo entona Juan Carlos Pastor. No quiere el técnico que las dos victorias seguidas conseguidas sirvan para que la euforia se instale en el vestuario del Cuatro Rayas Valladolid. Aún quedan once pasos que dar hasta el destino, y hasta que no se llega a este, no queda otra que seguir andando. Ante el Guadalajara se dio una zancada hacia el objetivo, pero aún quedan muchas que dar: "No estemos eufóricos todavía, porque estamos fuera del descenso testimonialmente", recuerda el técnico vallisoletano. 

Lo cierto es que el aroma que se respira es más dulce. El equipo proyectó la imagen de un equipo maduro, capaz de anular a los alcarreños. Una sensación que ha valido para "recuperar al público" de Huerta del Rey, que vibró con el espectáculo brindado. "Son dos puntos importantes, además por más de dos goles (lo que coloca el gol average en el tejado vallisoletano). La forma de ganar también ha sido importante; hemos ganado por cuatro goles, pero podían haber sido más", analiza Pastor, que añade "Creo que hemos controlado bastante bien el partido y hemos jugado bien. Las sensaciones son distintas y el trabajo va saliendo".    

El que sirvió una pequeña cata de sus habilidades fue Jorge García Vega. El berciano tomó la alternativa por la puerta grande y dejó muestras de su clase, pese a "faltarle ritmo de competición", el central dio "seguridad a todos los compañeros". La veteranía del central, junto con la de jugadores como Fernando Hernández, Krivokapic o Ávila, es la que ayuda a crecer a los más jóvenes de la plantilla. 

García Vega no fue el único que recibió el reconocimiento de Juan Carlos Pastor, que alabó la labor de la defensa y de los jugadores de banquillo: "Además de a los que meten goles, también hay que mirar y felicitar a los de atrás y al banquillo, porque el banquillo también juega y gana muchos partidos", recuerda el entrenador del Cuatro Rayas. 

  

La única nota discordante en la armonía amarilla durante el encuentro fue la última acción del partido. Rasic desafinó con una agresión a Víctor Alonso, al que propinó una patada después de derribar al asturiano. La acción antideportiva del serbio acabó con una trifulca cerca de la banda y con la intervención de Pastor para poner paz, a riesgo de ver una cartulina del mismo color de la que vio el jugador del Quabit, algo que no preocupaba al técnico en ese momento que buscaba con su intervención evitar males mayores al equipo que dirige: "Me da igual que me saquen una amarilla. Lo que no quiero es que me saquen tarjeta roja a ningún jugador. De esto también tenemos que aprender, los veteranos tienen que sacarles de ahí para que no pase nada. No podemos entrar en esas guerras. Para eso está el árbitro para que lo refleje en el acta y que a ese jugador le caigan los partidos que le caigan", declara Juan Carlos Pastor.