Nacho González aplaude a la afición. FOTOS: Mariano González
Nacho González aplaude a la afición. FOTOS: Mariano González
Nacho González aplaude a la afición. FOTOS: Mariano González
Los aficionados muestran una pancarta de apoyo a Ávila.
Los seguidores del Cuatro Rayas bajaron a alentar a sus jugadores tras el partido.
 |  Cuatro Rayas-Guadalajara

"Me duele, sobre todo, por la gente"

25 de Mayo de 2014
Escrito por
Guillermo Sanz
Si vivir un descenso es duro, esa sensación se eleva al cubo cuando se trata del equipo de tu ciudad en el primer año al frente del banquillo. Las lágrimas de Nacho González al finalizar el partido eran el reflejo del sentimiento de todo el Balonmano Valladolid, que ha terminado ahogado después de remar contra viento y marea durante prácticamente todo el año. 


Esas lágrimas tenían su germen en la tensión y en la gente: "Para mí lo más bonito es ver el pabellón así y me duele, sobre todo, por la gente. Ellos son lo verdaderamente importante de un club, por encima del entrenador, los jugadores o la directiva. Mis lágrimas eran por eso; éramos muy conscientes de que éste era el desenlace", lamenta el técnico. 


Las pocas esperanza del milagro se desvaneció en los vestuarios, cuando entrenador y jugadores se enteraron de cómo se desarrollaba el guión en Puerto Sagunto: "Es un partido muy complicado de jugar. Durante la semana ya habíamos hablado de que lo importante era irnos con victoria, pero sabiendo en un 99% cuál era el final. En la primera parte tienes la esperanza, pero en el descanso nos han dicho el resultado", reconoce, Nacho González, que no ha querido entrar a valorar en profundidad el resultado del Villa de Aranda en Puerto Sagunto: "Es una pista complicadísima. Aunque uno se está jugado todo y el otro nada se espera un resultado más apurado, pero no he visto el partido y no puedo entrar a valorar".


El Cuatro Rayas hizo su parte del trabajo, consiguió la victoria y se pudo despedir de la división en la que ha escrito su historia con el mayor compromiso posible: "Nosotros teníamos que despedirnos con una victoria", aunque la misma no haya servido para mantener la categoría: "Me hubiera gustado terminar la temporada manteniendo el equipo, pero no hemos podido. Hemos luchado todo lo que hemos podido", admite el entrenador, que lamenta que una temporada caminada sobre una alfombra de espinas haya terminado de la manera más trágica para el club: "Durante todo el año hemos tenido todos los problemas. Se nos han ido acumulando uno detrás de otro", hasta llegar al final: "Lo hemos intentado. El equipo y el club ha tenido la despedida que se merece; un pabellón lleno cantando durante los 60 minutos. Eso es algo que tenemos y por lo que debemos luchar por volver a tenerlo", concluye.