La revancha está servida
Pedro Alonso
Año 2006. Final de la Recopa de Europa. El BM Valladolid pierde en el partido de vuelta ante el Chekhovskie por 36-24, y sufre un nuevo traspiés europeo. El 36-29 logrado en la ida en Pisuerga no es suficiente para levantar la copa. Hasta ahí todo normal.
El equipo ruso es campeón de la Recopa. Pero la historia negra del balonmano sale a la luz pública tres temporadas más tarde: A Frank Lemme y Bernd Ullrich, los dos árbitros alemanes de aquel encuentro disputado en territorio ruso, les requisan su equipaje de mano en el aeropuerto con un "botín" de 50.000 dólares.
La sombra de la compra de la final y del amaño del encuentro, se extiende como la pólvora. Pero a día de hoy, no se ha podido demostrar tal implicación y el Chekhovskie conserva en su palmarés ese trofeo europeo. Título, que llegaría a las vitrinas de Huerta del Rey dos años después, tras un final agónico ante el Nordhorn alemán.
La historia entre Chekhovskie y Valladolid, que este sábado se ven de nuevo las caras en la Champions, quedará marcada para siempre en la memoria por ese presunto soborno a los colegiados. Pero, las temporadas avanzan y este sábado regresa el morbo a Pisuerga.
El campeón ruso alcanzó la pasada campaña la "Final a Cuatro" de Hamburgo, donde cayó en semifinales con el FC Barcelona Borges. Una gran sorpresa, que tuvo su depresión, tras perder en el partido por el tercer puesto, con el otro representante español, el BM Ciudad Real, lo que le dejaba en la cuarta plaza.
El balonmano ruso vivía un mal momento, que se acrecentó a mediados de junio, cuando el equipo nacional, prácticamente formado en su totalidad por jugadores del Medvedi, fallaba y no se clasificaba para el Campeonato del Mundo del 2011 que se disputará en Suecia. Por primera vez desde hace cincuenta años, el combinado ruso, faltará a la cita.
Para el legendario entrenador, Vladimir Maximov, que dirige con maestría tanto al Chekhovskie como a la selección nacional, y que es apodado "Mr. Handball" en Rusia, ha sido uno de los pocos fracasos a mencionar en su larga trayectoria en los banquillos. Su nombre, va asociado al éxito, pero ha sido muy criticado por el fiasco con Rusia. Ahora, Maximov y los suyos, los "Osos de Chejov", intentarán colocar al balonmano nacional en lo más alto en la Champions League.
Este equipo, que pertenece a Moscú, ha conseguido ganar los últimos nueve títulos nacionales en juego (2002-2010). Tres jugadores han abandonado el equipo este año, Roman Ivanov, Alexander Kashinin y Kirill Mozorov. A cambio, han llegado Siarhei Harbok, Dmitry Zhitnikov y Maxim Zenkovich.
El fichaje más importante, ha sido Harbok, que cuenta con una gran experiencia en la Champions. Procede del RK Celje esloveno, donde ha estado las tres últimas temporadas, tras dejar Rhein-Neckar Lowën. Harbok, es el segundo bielorruso que cambia Löwen por Chejov, siguiendo los pasos de Sergey Shelmenko, que lo hizo la campaña anterior.
Si algo tiene claro Maximov, desde que está al mando del Chejov, es que pretende traer cada temporada a los mejores jugadores de Rusia. Este año, lo tendrá más complicado en su Liga, en la que se ha "paseado" en los últimos tiempos, ya que el St. Petersburgo ha crecido bastante.
