La fiesta del balonmano sale a la calle
Javier García
En un fin de semana cualquiera, las noticias deportivas se centran en lo que ha hecho Mourinho, o los fichajes de los grandes equipos de fútbol de nuestro país. En Valladolid las portadas son algo diferentes. Cierto es que el "deporte rey" se suele llevar los mayores titulares pero, por suerte, en la ciudad y sus alrededores disfrutamos de un abanico deportivo de elite único en España.
Uno de esos deportes es el balonmano. Con el BM Valladolid a la cabeza, se ha hecho un hueco importante en la agenda deportiva de la provincia, y cualquier actividad relacionada con este deporte tiene una gran acogida.
Este fin de semana la capital acogía una actividad digna de mención; una jornada dedicada a los más pequeños del balonmano. El resultado era lo de menos -todos los participantes recibieron un trofeo-, se premiaba y fomentaba la deportividad, el esfuerzo, el compañerismo...valores ya casi olvidados en la actualidad y, por ende, en el deporte de elite.
Lo más importante de este sábado en las cuatro canchas instaladas en la Acera de Recoletos era la diversión, que cada niño saliera del campo con una sonrisa en la cara y que aprendiera que una de las cosas más importante en el deporte, no es ganar sino el juego limpio.
En este aspecto coincidieron tanto el presidente de la Federación de Castilla y León de balonmano, Jaime González Sanz, como la Delegada Provincial de Valladolid, Arantxa Martín Soria. "Se trata de una actividad de promoción, donde intentamos inculcar a los niños el valor del juego limpio". También señalaban que "este año hemos ampliado las categorías de particiapación y la respuesta ha sido positiva, por lo que estamos muy contentos. Es un gran colofón a la temporada de balonmano".
Durante toda la jornada se disputaron choques de categorías infantil, alevín y benjamín ante la atenta mirada del numeroso público que se acercó a las canchas. Un público, entre quien se encontraba personajes cercanos al mundo del balonmano como la ex jugadora Piru o el árbitro de Asobal Moyano, que al ver cómo disfrutaban los niños y niñas se trasladaban en el tiempo a cuando ellos jugaban en la calle y les bastaba para ser felices unos cuantos amigos, una pelota y dos piedras que hacían de porterías.
Un recuerdo también presente en los jugadores del BM Valladolid que se acercaron a la Acera de Recoletos para hacer las delicias de los niños. Bilbija y Edu Fernández estuvieron firmando autógrafos a unos chicos que les ven como espejo. "Este tipo de actividades se tenía que hacer más a menudo, para personas que hemos crecido con este deporte este tipo de actos se valora mucho", señalaba Edu. "Sirve para fomentar el deporte más sano. Si tienen que llegar algún día a lo más alto, llegarán, ahora lo que deben hacer es divertirse", apuntaba el jugador.
El año que viene la calle volverá a pertenecer al balonmano. Hasta entonces, nos despedimos tranquilos sabiendo que el futuro del deporte está en buenas manos.