La culpa fue de la 'pega'

Eso se tradujo en un partido donde los periodistas, desconocedores de esta artimaña, no pudieron circular el balón con la velocidad que había indicado el técnico Marco Antonio Méndez desde el banquillo. Todo lo contrario. La pelota resbalaba en las manos de un equipo y no del otro, lo que se tradujo en pérdidas en el bando visitante y contraataques en el cuadro local, gracias a la velocidad del joven Jacobo -quien tal vez no entendió quién iba a hacer esta crónica y se dedicó a meter goles sin piedad a Manolo Malumbres Centeno-.

Además, la necesidad de triunfo del Atlético Valladolid -para mantener en su puesto a Nacho González-, hizo que el técnico vallisoletano diseñara una compleja táctica que consistía en constituir un nuevo club y una nueva directiva formada sólo por ex jugadores de balonmano. Así se entiende la presencia de Juan Carlos Sánchez Valencia -cuyos derechos de imagen se cuidan hasta el último detalle-, o Paco Ollero en el siete inicial. Ganar a la prensa a cualquier precio parecía ser el lema que figuraba en el vestuario de Huerta del Rey desde las Navidades de 2014. Sólo se salvó de la quema un brillante extremo, el doctor Pablo Grande, que sí supo leer lo que necesitaba el partido en cada contraataque. 

Pese a todo, el equipo de los plumillas volvió a dar una demostración de casta y pundonor. Con Héctor 'De la Rubia' Rodríguez en la dirección de juego, con Arturo 'Gull' Alvarado como brazo ejecutor -bien secundado por Josechu 'Fis' Ortega-, con Lolo 'Pisonero' Velasco dueño de los seis metros, o Manu 'Hernández' Belver desde el extremo, entre otros gladiadores, el cuadro visitante aguantó el tipo. Y eso que el colegiado Moyano volvió a demostrar una frase tan repetida en Valladolid en los últimos tiempos, el ya conocido "qué fácil es pitar en Huerta del Rey", y que se volvió a escuchar en las abarrotadas gradas del pabellón este miércoles.

Al final, triunfo del Atlético Valladolid en el primer duelo 'amistoso' con el nuevo club de balonmano masculino, y que tendrá justa revancha dentro de doce meses. Eso sí, donde ganó por goleada la prensa fue a la hora de comer el posterior pincho navideño, y en especial con la espectacular tortilla de patata, gentileza de la cafetería Moka.