Fin de año en Vistalegre
Se acaba el año, se acaba la primera vuelta y se hace cerca de la Puerta del Sol. Dentro de unos días, España entera estará delante de la televisión atragantándose con las uvas mientras cuentan las campanadas que marca el reloj del castizo campanario. Uno, dos, tres
y hasta doce. El Cuatro Rayas viaja a la capital con el propósito de trucar la maquinaria para ver si logra adelantar una de esas campanadas (Domingo, 19.30 horas Teledeporte).
Misión casi Imposible, sin Tom Cruise y sin Ávila. El universal acabó el partido ante el Cangas de Morrazo con una rotura de fibras que le impedirá vestirse de corto hasta el año que viene. Con la baja del leonés, Pastor pierde las bandas sonoras capaces de disuadir la potencia motora de un Atlético de Madrid que no puede permitirse ningún paso en falso después de perder su duelo contra el Barcelona en Vistalegre.
No está el equipo de Dujshebaev para hacer concesiones. La cuesta de enero se le ha adelantado a los atléticos. Noviembre acabó con un traspiés en el Pabellón Príncipe Felipe, donde empató ante el CAI, unos días después el Barcelona pegó un bocado a la Liga imponiéndose en el tipi indio y la semana pasada León hizo que las pinturas de guerra del Atlético se corrieran por el sudor que tuvieron que derrochar para no poner en León la Liga en bandeja al Barça. Motivos suficientes para dejar una ventana abierta a la sorpresa.
Pese al dubitativo estado de los madrileños, el carcaj de Dujshebaev tiene flechas de sobra, algunas de ellas salieron, temporadas atrás, del arco de Pastor; David Davis, Roberto García Parrondo, Edu Fernández o Ángel Romero cambiaron el amarillo por las rayas rojas y blancas para dar más envergadura a la armadura atlética, que brilla con hombres como Kiril Lazarov, Maravilla Balic, Joan Cañellas, Kallman o Julen Aguinagalde. Una reunión de titanes debilitados por la salida de Sterbik, que cogió el puente aéreo dirección a la Ciudad Condal, y la grave lesión de José Javier Hombrados.
Los Cuatro Rayas- Atlético de Madrid han tendido la peculiaridad los últimos años de juntar en dos porterías a los tres encargados de defender la meta de la selección española. En esta ocasión, el partido pasará por las manos de Magnus Dahl y Héctor Tomas. Por sus manos pasarán las copas de champagne para brindar por que el nuevo año sea mejor que el anterior.