El cañonero que surgió del frío

El Atlético Valladolid pone un toque nórdico en su plantilla con la llegada de Filip Källman. El lateral sueco aterrizó en Valladolid listo para ser un cañón más en la batalla por el ascenso. Los 202 centímetros de altura del jugador se pusieron a las órdenes de su nuevo entrenador, Nacho González después ser presentado por Nacho González y Sánchez-Valencia, en su nueva casa: Huerta del Rey. 

Källman llega a Valladolid con las pilas cargadas, dispuesto a vivir el día a día sin proponer planes a largo plazo: "Quiero acabar esta temporada y luego ya veremos. De momento vengo a ganar todos los partidos", declaraba el sueco, que reconoce llegar listo para la acción: "Puedo aportar tiro exterior y si el entrenador me quiere poner en defensa voy a defender. Estoy listo para jugar, por eso he venido", asegura rotundo. 

El lateral se incorpora a lo que define como "un buen equipo" y lo hace con la ilusión por el balonmano reforzada después de pasar un año en su ciudad natal jugando en un equipo amateur, el Växjö HF: "Ahora tengo más ganas de jugar. He estado un año en mi pueblo jugando por jugar y creo que lo voy a hacer mejor ahora", estima Källman que ve al equipo con opciones de ascender a Asobal. "Estamos cuartos y está claro que hay opciones de ascender", concluye. 

Por su parte, Nacho González tiene a sus órdenes un nuevo jugador que aportará al equipo "algo que no teníamos. Viene a aportarnos el tiro exterior, que nos puede ayudar mucho a entrar en defensas cerradas", analiza. 

Nacho González cree que el Atlético Valladolid "puede ser un buen sitio para que siga despuntando" y tal vez el sueco (que lucirá el dorsal 15) pueda empezar a hacerlo este fin de semana en Huerta del Rey que recibe precisamente a uno de los 'ex' de Källman, el Academia Octavio: "Hay que ver cómo se va adaptando. Tiene que entrar en una dinámica de juego diferente. Si está para entrar a jugar lo hará", asegura el entrenador atlético.