Dulce atracón de balonmano

El Campo Grande de Valladolid se tomó un día de respiro. Después de años abasteciendo de oxígeno al centro urbano de la ciudad al emblemático espacio verde le tocaba un día de descanso. Los encargados de darle el relevo fueron el más de medio millar de jóvenes jugadores que se dieron cita en la Acera de Recoletos para hacer su particular fotosíntesis, encargándose de que el epicentro turístico de la ciudad respirara balonmano. 

Colón y Zorrilla fueron los espectadores de lujo del Día del Balonmano en la Calle. Una iniciativa que juntó en las pistas instaladas en la Acera de Recoletos a las futuras estrellas de este deporte. La Salle, Aula Cultural, Rondilla, Tudela, El Carmen, Lourdes, Delicias, Laguna, San Agustín, La Enseñanza o Teresianas ya son nombres habituales en esta ineludible cita a la que este año se unieron el equipo de Viana de Cega, que lleva todo el año formándose sin haber competido aún en Liga Escolar, y, como invitado de excepción, varios miembros de la Escuela Municipal de Ávila. 

90 partidos en menos de cuatro horas son suficiente atracón para saciar a cualquiera, pero no a los incombustibles protagonistas de estas jornadas, que apenas terminaba un partido y ya preguntaban impacientes a sus entrenadores y padres que cuándo comenzaba el siguiente. La diversión fue la mejor medalla que pudieron colgarse los jugadores y las jugadoras en una mañana especial. Un gran sabor de boca que se llevaron tanto los que disfrutaron en los aledaños del Campo Grande, como los infantiles, que jugaron sus partidos en las pistas del Lourdes.  

Entre el público se encontraba Francisco Borja Lara. El gerente de la Fundación Municipal de Deportes asegura que "En el balonmano, a nivel de élite, Valladolid es una ciudad del lujo, pero el balonmano base hay que promocionarlo más todavía, tiene mucho margen de maniobra", asegura.

  

El que sabe mucho de base, y a partir del año que viene lo hará de élite, es el Aula Cultural, que se presentó en el Día del Balonmano en la Calle representado por un equipo alevín y dos infantiles, siendo imposible la presencia de los benjamines del equipo de Pajarillos al encontrarse en Camargo. Al directivo del club José Luis Álvarez le gustaría que estas iniciativas fueran más habituales ya que sirve para fidelizar a los jóvenes: "Todos quieren ganar, pero el resultado es lo de menos. Todos salen con caras alegres y esperando el siguiente partido". Trabajar la cantera es el pan de mañana para equipos como el Aula Cultural, por eso las alternativas y las posibilidades de que los más jóvenes practiquen deportes es una llave para el futuro de cualquier club: "Nosotros si hemos llegado arriba ha sido trabajando la base, y éste es el camino. Es importante dar alternativas e ilusión a la base. Lo peor es que se queden en el camino porque no tienen  dónde jugar", asegura. 

Desde el prisma de un entrenador, el valor de una jornada como la vivida la mañana del sábado también es crucial para el bienestar de los pequeños jugadores: "Es muy importante que se vean arropados. Estas iniciativas tienen que ir en beneficio del balonmano. La base es muy buena en Valladolid, y es algo que tenemos que aprovechar", estima Pablo González Yagüe, técnico del equipo de Laguna de Duero. 

Haciendo lo que más les gusta, los futuros Gurbindos, Sierras, Rocas, Parrondos y cía consiguieron redecorar la Acera de Recoletos, inundándola de un deporte que tiene un glorioso pasado y un firme presente en la ciudad; de que el futuro pinte en oros ya se encargarán ellos dentro de unos años. De momento su mejor medalla es la diversión, y en eso su medalla es dorada.